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Iñigo Balda: Esequibo y las elecciones

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La zona reclamada por Venezuela está, al día de hoy, bajo control por defecto de Guayana. Es una zona enorme, con muchos recursos

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, tuvo un referéndum el domingo pasado para votar la anexión de Esequibo. El Esequibo es una zona en disputa entre Venezuela y Guayana, con una larga historia de controversia. Para esto tenemos que remontarnos al tratado de Tordesillas de 1494, donde España y Portugal se repartieron el mundo. Este tratado dejaba a Portugal con Brasil y Venezuela para España, pero no fue reconocido por ninguna otra potencia colonizadora y dejaba unas tierras al norte del continente muy poco pobladas y con escasa población indefensas, algo que aprovecharon primero los holandeses y suecos, y eventualmente ingleses y franceses para hacerse con unas tierras que son parte de nuestro continente físicamente, pero que políticamente y prácticamente pertenecen al caribe, conocidas como las Guayanas, que se dividen en la Guayana Inglesa (hoy Guayana a secas), Guayana Francesa (también su nombre actual) y la Guyana holandesa (actual Surinam).

Desde un principio hubo disputas, ya que estas tierras pertenecían a España, pero en 1595 se detectaron asentamientos holandeses en la zona. En 1777, con la creación de la capitanía de Venezuela, Carlos III fijó la frontera con los holandeses en el río Esequibo, frontera que hasta hoy reconoce Venezuela, pero los holandeses se la cedieron a los británicos en 1814, y estos no respetaron la frontera establecida, creando continuas reclamaciones por parte de Venezuela, situación que se mantendría así hasta 1899.

En 1897 Washington interviene y sienta en una mesa a Venezuela y al Reino Unido para solucionar este proceso limítrofe mediante arbitraje internacional. En 1899 se reunió el tribunal de arbitraje de París, que decretó, polémica y unánimemente, que el Reino Unido tenía razón, en una decisión muy protestada desde Caracas, pero celebrada por el Reino Unido. Venezuela desde entonces reniega de esa decisión. ¿La razón? El tribunal de arbitraje debía estar compuesto por dos representantes venezolanos, dos británicos y uno neutral. En cambio, fue compuesto por dos británicos, dos estadounidenses en lugar de dos venezolanos por exigencia británica, y el quinto miembro fue un ruso que era catedrático en el Reino Unido. La decisión se debía de tomar en dos meses plazo, pero se tomó en seis.

Venezuela protestó, pero no es hasta 1962 que activó la denuncia del tratado que dejó la situación anterior a 1899 vigente, con Guayana bajo control.

La zona reclamada por Venezuela está, al día de hoy, bajo control por defecto de Guayana. Es una zona enorme, con muchos recursos, de 160.00 kilómetros cuadrados y 300.000 personas, con imposible vertebración.

El referéndum de Maduro del domingo pasado, si somos realistas, no es un intento de atraer atención hacia un conflicto olvidado por muchos, que sí definiría las economías de Venezuela, y sobre todo de Guayana (que explota los recursos de la región y ha visto un notable crecimiento económico por ello), sino que tiene más como trasfondo el futuro político de Maduro. Con eso busca promover un nacionalismo y una unidad detrás de su nombre, antes de que se realicen las elecciones de 2024.