Iñigo Balda | Estados Unidos en vilo
Kamala Harris ha sido escondida por la Casa Blanca durante casi cuatro años
El 4 de noviembre tendremos elecciones en Estados Unidos. Si bien en el Ecuador ya estamos más centrados en nuestras elecciones, hay que tener un ojo en las elecciones de Estados Unidos, ya que estas tienen un impacto directo en toda la región.
Desde la última vez que toqué este tema, Joe Biden ha sido retirado como candidato del partido Demócrata y sustituido por su vicepresidente actual, Kamala Harris.
Era notorio para cualquier persona con sentidos que Joe Biden, desde hace años, no estaba ni física ni mentalmente capacitado para una posición de tanta presión como la de presidente de los Estados Unidos. Después de mucha insistencia de su partido, al ver que iban a ser aplastados en noviembre, el presidente Biden decide dar un paso al costado. El partido Demócrata debía de escoger otro candidato, y Biden decide dar todo su apoyo a su vicepresidente Kamala Harris, por una razón importante: las donaciones a su campaña eran a todo el boleto Biden Harris, y no se puede regresar ese dinero. Por lo que, si no presentaba a Harris, ¿cuál sería la óptica de quedarse ese dinero?
Kamala Harris ha sido escondida por la Casa Blanca durante casi cuatro años. Ella es muy natural, pero también muy volátil. Nunca sabes qué puede decir ni cuándo, y en sus primeras apariciones como vicepresidente era más el daño causado que la ayuda, por lo que se decidió mejor darle un perfil bajo durante la presidencia de Biden.
Se rumoreó que Biden debatió si incluirla en su reelección como vicepresidente, pero se estimó irresponsable no seguir con ella ya que hubiera lanzado el mensaje de que se escogió a una persona como vicepresidente, de un presidente de avanzada edad, sin creer en su capacidad de gobernar; y eso que estaba a un latido de tomar el poder.
Harris ha sido coronada la semana pasada como la candidata confirmada del partido Demócrata, con todos los apoyos que se pueden imaginar, de celebridades, expresidentes y el partido en general; pero con mucha resistencia de un ala del partido que se concentró fuera de la convención, sin poder entrar, protestando el apoyo del partido a Israel, y blandura en algunos temas que consideran importante.
La reacción de los republicanos y de Trump a la nominación de Harris en su día fue de que sería más fácil de ganar a Kamala que a Biden, pero se han encontrado con la sorpresa de que toda la campaña demócrata ha cambiado de estar sustentada en ideas y planificación de gobierno con Biden, a la persona y dinamismo de Kamala, pero huyendo de los temas importantes, o de siquiera mencionar algún plan de gobierno.
Harris lleva años sin dar entrevistas, y su campaña dice que no las va a conceder hasta que no crean que esté lista para ellas, alegando que no se había preparado al no ser candidata (pero lo era, a vicepresidente). Harris solo ha salido una vez a decir algo de su plan de gobierno, que era sobre regulación de precios, y todos los medios, incluidos los amigos, se le lanzaron con fiera críticas.
El partido ha decido que no van a hablar de planes de gobierno, se van a centrar en ella y en que Trump es malo. Mientras, hablan de censurar a la prensa, controlar precios, apertura de fronteras, subida de impuestos para mantener el show.