Iñigo Balda: Pedro, el perseguido
...alega que él no está involucrado en nada. Difícil de creer de una persona que quiere controlarlo todo...
Pedro Sánchez (PSOE), presidente de España, accedió al poder mediante una moción de censura presentada al gobierno de Mariano Rajoy (PP) después de la sentencia del caso Gürtel, en el que varios cargos del partido cobraban mordidas del sector privado para concesionar contratos públicos. Estas mordidas iban a sobresueldos de los miembros del partido involucrados en la trama; ninguno era miembro del gobierno. Pedro Sánchez afirmaba que se veía en la obligación moral de sacar a los corruptos del poder y de gobernar con austeridad, máxima transparencia y sin corrupción, y de haber un caso, saldría del poder. La moción de censura fue en 2018. Seis años más tarde, Sánchez sigue gobernando, pero la realidad de sus palabras no se ve por ninguna parte.
Poco después de llegar al poder Sánchez, en marzo de 2019, salió la sentencia del mayor caso de corrupción de la historia de Europa, la sentencia del caso ERE, en que el PSOE defraudó 670 millones de euros públicos destinados a cursos de formación de personas desempleadas, en todo tipo de actividades, incluyendo mariscadas, cocaína y prostitutas. Sánchez se puso de perfil ante esta sentencia, alegando que el último no estaba involucrado, pero varios expresidentes de la región de Andalucía, alcaldes y dos ministras de Sánchez, aparte de múltiples figuras importantes del partido sí estaban involucrados en el caso.
A octubre de 2024, TODO el entorno cercano a Sánchez está involucrado en algún escándalo de corrupción. La mujer de Sánchez accedió a tener una cátedra en la Universidad Complutense de Madrid sin tener siquiera el requisito mínimo para poder impartir clases según los estatutos del mismo centro universitario: un título universitario, previa visita del rector de la Complutense varias veces al palacio presidencial; y mediando financiación de varias empresas que recibían millones de dinero público después de ayudar a la cátedra.
El hermano de Sánchez, un músico de poca monta, tiene un puesto de administración pública del que cobra, pero nunca se ha presentado, aparte de haber multiplicado su patrimonio, sin poder justificarlo, por lo que lo está investigando el SRI.
La empresa del suegro de Sánchez (de múltiples familiares del gobierno y altos cargos del partido) ha recibido millones de euros en ayudas, sin justificación alguna.
Pero el caso más importante es el Caso Koldo, en el que el chofer y ayudante del exministro de Transportes involucra a una gran parte del partido en la compra de mascarillas defectuosas durante la pandemia. Estas eran compradas por distintas administraciones públicas y están tiradas por allí. El exministro Ábalos era la mano derecha de Sánchez.
Por su parte, Sánchez alega que nada de esto es corrupción, sino lodo y ‘fake news’ por parte de la oposición. Que él y su gente son honestos y que son objeto de una persecución por parte de los jueces “franquistas” que están en contra del progreso que trae el socialismo. Además, alega que él no está involucrado en nada. Difícil de creer de una persona que quiere controlarlo todo, al punto que en 2016 fue expulsado del PSOE por intentar meter cientos de votos falsos en la urna de las elecciones a la presidencia de su partido.