14 de junio

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Demasiado tiempo para que kikuyos trasnochados continúen elaborando propuestas y cuadritos...

Frédéric Bastiat fue un economista liberal francés y uno de los más claros precursores de las libertades individuales. En su obra magistral La ley, Bastiat sostiene que nacemos con los derechos a la vida, libertad y propiedad por lo que son intrínsecos de la naturaleza humana. Siendo así, el rol del Estado y de la ley debería circunscribirse exclusivamente a garantizar dichos derechos naturales e inalienables. Sin embargo, en nombre de una falsa filantropía en palabras de Bastiat, el Estado se “pervierte” y, en vez de impartir justicia se convierte en “expoliador” de los ciudadanos. La ley se torna ilegítima y despótica: “Ninguna sociedad puede existir si no hay respeto a las leyes en algún grado… Cuando la ley y la moral entran en contradicción, el ciudadano se encuentra ante la cruel disyuntiva de perder la noción de lo moral o de perder el respeto ante la ley, dos desgracias tan grandes la una como la otra, y entre las cuales es difícil elegir”.

Este miércoles 10 de junio se cumplen 87 días del encierro cavernícola producto de la pandemia del COVID-19. Simplemente demasiado tiempo a merced del Leviatán y de la Gestapo criolla. Demasiados días bamboleándonos como perro en canoa en un mar de autoridades, regulaciones y semáforos de toda índole. Demasiado tiempo para que kikuyos trasnochados continúen elaborando propuestas y cuadritos de un mundo ideal e ingenuo. Demasiada tolerancia a tanta torpeza con iniciativa.

Afortunadamente, en este mundo cansado no hay mal que dure 100 años. Este domingo 14 de junio se cumplirán 90 días desde que se decretó el estado de excepción. Eso significa que de acuerdo con el artículo 166 de la Constitución, no se podría extender la suspensión de los derechos constitucionales, y con ello se termina la tracalada de semáforos, controles, y restricciones a la libre movilización y asociación. Adiós al toque de queda, salvoconductos o negocios, parques y playas cerradas por decreto.

Digámosle adiós a la planificación centralizada y démosle la bienvenida a la libertad con responsabilidad. Defendamos nuestra libertad con firmeza, porque el Leviatán apelará a cualquier recurso legal y al temor, para evitar que recuperemos el control de nuestras vidas.

Nosotros y no ellos somos los amos de nuestro destino, pues como diría Rainer Marie Rilke: “Deja que todo te pase. La belleza y el terror. Solo sigue adelante. Ningún sentimiento es definitivo”.

Difícilmente se encontrará defensa más sublime de la Libertad y visionaria del Ecuador de hoy, como la que hiciera Bastiat hace 170 años: “¡Rechacemos, pues, a los farsantes y organizadores! Afuera su falansterio, su taller socializado, su gubernamentalismo, su centralismo, sus tarifas aduanales, sus escuelas y universidades gratis, su religión de Estado, su crédito gratuito y monopolio bancario, sus regulaciones y restricciones a la vida económica, su igualación por medio del impuesto y su piadosa moralización. Y puesto que se han probado ya tantos sistemas en el cuerpo social, que todo se termine por donde debió haber empezado; que se rechacen todos ellos y que se ponga finalmente a prueba la libertad, que es un acto de fe en Dios y en su obra”.

¡Hasta la próxima!