Yo soy yo y mi circunstancia

Avatar del Iván Baquerizo

Sabemos que la vida y el mundo son dinámicos; todo al final depende de nosotros, exclusivamente.

José Ortega y Gasset fue un filósofo e intelectual español de la primera mitad del siglo XX. De corte liberal, al menos en lo que respecta al desprecio al colectivismo, escribió varios libros y ensayos siendo su obra célebre La rebelión de las masas. 

En aquel libro, Ortega y Gasset hace una crítica mordaz a lo que denomina las “masas”, que, según palabras de Mario Vargas Llosa, es la abdicación de las personas a su individualidad para adquirir la de la colectividad, o, dicho de otra manera “es un conjunto de individuos que se han desindividualizado”. El hombre-masa abandona su propia identidad y su autodeterminación para entregarse a la muchedumbre motivada más por pasiones y entrañas que por intelecto y razón.

Encuentro entendible y visionario el análisis de Ortega y Gasset. Era 1930, Mussolini y el fascismo estaban ya en el poder; el nazismo se encontraba en alza y el bolchevismo consolidado. Las propuestas socialistas estaban en auge y lucían innovadoras. La apuesta colectivista estaba aplicándose en el mundo y sus nefastas consecuencias no habían sido aún experimentadas.

Ortega y Gasset identifica la psicología del hombre-masa, la describe en detalle y advierte sus peligros. Ya había observado antes en su ensayo Meditaciones del Quijote, que el individuo es parte su yo interno y parte el entorno que lo rodea. El uno no se puede abstraer del otro. Somos nuestra propia individualidad obviamente, pero también somos producto de nuestra generación, de lo que aprendemos y del contexto histórico, social y político en que vivimos. “Yo soy yo y mi circunstancia”; yo soy la suma de ambas realidades, mi singularidad y el contexto en que me toca vivir.

El yo reacciona diferente ante mismas circunstancias. Algunos se funden en la masa, otros reaccionan culpando a terceros de sus desgracias, otros reaccionan y surgen ante la adversidad. Comparemos un par de ejemplos, de entre los muchos disponibles y de entre la realidad y la ficción. El Guasón vs. Batman, Argentina vs. Israel, Corea del Norte vs. Corea del Sur, Hitler vs. Mandela, Richard Carapaz vs. Lance Armstrong.

¿Puedo entonces hacer un esfuerzo para cambiar ambos componentes de mi yo interno para mejorar mi vida? Yo concuerdo con Ortega y Gasset en que sí se puede. Por un lado, tenemos que luchar por mantener nuestra individualidad y no ser seducidos por las masas que inexorablemente terminan siendo secuestradas por liderazgos populistas productores de miseria. Seamos libres pensadores, con capacidad crítica y de discernimiento para distinguir lo justo de lo injusto, las buenas de las malas ideas y lo conveniente de lo inconveniente. 

Por otro lado, trabajemos en nuestras circunstancias para mantener las convenientes y cambiar las desfavorables. Sabemos que la vida y el mundo son dinámicos; todo al final depende de nosotros, exclusivamente. Acá, en el largo plazo, no hay salvadores ni verdugos, ni elegidos ni condenados. Somos arquitectos y constructores de nuestras vidas y destinos.

Ortega y Gasset añadió una apostilla a su célebre frase que creo le dio aún mas contundencia a su filosofía: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.

¡Hasta la próxima!