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Jaime Rumbea: La ley que resuelve todo

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Puede ser quizá este gran conflicto social que vivimos el que alumbre una verdadera ley

Si nadie la respeta, ¿para qué la ley? Si todos la incumplen, ¿para qué la ley? Aún hoy, más de dos mil años después del origen de nuestro concepto de ley, los estudiosos debaten su etimología. Se preguntan si proviene del acto de leer, decir, poner o contar. El concepto de ley, que damos por hecho, enfrenta el reto de ser un mandato o prohibición que cada vez se cumple menos. A pesar de esto, hay más abogados que nunca, aunque el desdén por la ley crece.

 Robert Jacob, en una tesis representativa de años de estudios, sostiene que la ley es una derivación de acuerdos entre tribus tras sus guerras. Para nuestros antepasados, la ley surgía de estos pactos, incluso antes de la escritura. Por ello crearon rituales, solemnidades y símbolos que ayudaban a recordar y registrar las nuevas leyes. Son esos formalismos los que han persistido, mientras poco a poco se ha perdido la conexión con la verdadera esencia de la ley.

 En términos de doctrina política, esa ley primigenia es lo que llamamos contrato social. Todo lo demás, las capas que el derecho sobrepone día a día a la estricta necesidad de resolver conflictos, viene solo a añadir complejidad a los arreglos sociales.

 No me parece descabellada la idea de que nuestra ley actual, aquella que muchos incumplen y los abogados estudian para dominar aquello de que hecha la ley hecha la trampa, o que el peor arreglo es preferible al mejor de los juicios, ha perdido su conexión con ese origen. Se ha convertido en una formalidad vacía, alejada de su esencia, en la que se esconden supuestos expertos.

 Tampoco me parece absurdo pensar que el nivel de conflicto que vivimos, sumado a la ineficiencia del Estado y las fuerzas que lo superan, llevará a la implosión de nuestro sistema. Ojalá no con más sangre de la que ya vemos, pero quizás con una nueva ley. Una ley que recordemos por su origen, su motivación y la legitimidad de la autoridad que la promulga. ¿Será esa la ley que nos saque de esta crisis? Es en este sentido que conflicto y crisis ofrecen una oportunidad; es con esa condición con la única que hace sentido que los legisladores piensen que con una ley se arregla todo.