Jaime Rumbea: Provinciano

Luego no se quejarán del subdesarrollo y de los pichirris crecimientos económicos
En la Ley Económica urgente que el Gobierno Noboa envió a la Asamblea en diciembre, el primer artículo reconocía la renta obtenida con activos digitales y, obvio, la hacía tributar. Pero el sistema financiero presentó sus objeciones y el artículo fue eliminado. Ecuador quedó otro tiempo más ignorando en su legislación a las criptomonedas y otros activos digitales.
Cierto es que la legislación societaria ya permite la ‘tokenización’ de libros de acciones, así como la legislación registral ya supone que los registros mercantiles y de la propiedad pueden ser gestionados descentralizadamente; las dos cosas recurren a blockchain, la tecnología sobre la que funcionan los activos digitales. Pero si uno de los sectores históricamente más innovadores, el financiero, se opone a dicha tecnología, difícil -si no imposible- es que los abogados societarios y registrales den el paso.
Narcisismo de las pequeñas diferencias, lo llamaba Freud: que los criptoactivos facilitan el lavado, que financian el terrorismo, que son una estafa... Pero faltan explicaciones del ‘establishment’ económico sobre cómo proliferó la economía informal en el país sin criptoactivos.
Blackrock, la administradora de activos más grande del mundo, con aproximadamente el 8 % del PIB del mundo entero (Ecuador, solo representa el 0,11 %), obtuvo aprobación gubernamental esta semana para su Fondo Cotizado en Bolsa de Bitcoin. Su duro, Larry Fink, el año pasado, contaba en un foro del NYT su visión de futuro: la revolución de los mercados es la ‘tokenización’ de activos. Mercado Libre hace tesorería en Latinoamérica con cripto y también Swift, el consorcio de pagos internacionales, tiene en marcha su infraestructura cripto; Mastercard, Visa y Paypal, todas marcas conocidas con divisiones de cripto. Hasta el Banco de Pagos Internacionales en Basilea, banco de bancos, tiene su iniciativa cripto, Atlas, andando a toda máquina.
La iniciativa del presidente fue buena y, aunque es lógico que el miedo haga titubear, ya nos ha mostrado que persevera. Si, como dicen los expertos, el futuro se moverá en cripto, ¿qué esperamos?