Sistemas para la corrupción

Hacer del Estado un desarrollador de sistemas es hacer de la corrupción un sistema’.
CNEL: me llega una planilla de luz simplemente incomprensible. Las cifras no coinciden con los dibujitos de las barritas que pretenden transmitir amigablemente la información.
He reclamado formalmente por los recálculos de pandemia pero el sistema de atención funciona tan pobremente como el de facturación.
CNT: el sistema de la empresa pública de “sistemas de información” lleva semanas comprometido. Es la infraestructura informática de todo el sector público y parte del privado. A falta de solución han apagado los equipos y dirigen a los usuarios a trámites presenciales.
CJ: hasta con el mismísimo azar parece haberse metido la corrupción cuando el famoso “sistema de sorteo” de causas mostró sus costuras en el caso Yunda. Me pregunto: ¿es más corrupto un sistema que auspicia la impunidad ocultando la sapada tras un amague de azar, o funcionarios que dirigen transparentemente las causas hacia magistrados de su preferencia?
ANT: nos enteramos de que los sistemas son -la redundancia es voluntaria- sistemáticamente violados desde hace años y que millones de dólares se evaden así. Peor aún: los corruptos circulan incumpliendo normas, poniendo en riesgo a nuestras familias en las vías.
Ninguna de estas cosas es nueva. Ningún “sistema” de estos se armó en los últimos años. Nos enteramos de esto ahora solo porque las frutas se mueven con los cambios de gobierno; y la cobertura mafiosa que protegía a la vez la corrupción y el velo de “sistemas” para su impunidad está desequilibrada.
La respuesta es sencilla: hacer del Estado un desarrollador de sistemas es hacer de la corrupción un sistema. Por ello debemos evitar que el Estado extienda sus tentáculos apropiándose de los sistemas de atención ciudadana. Ni se diga sobre materias en las que existe más y mejor tecnología que la que el Estado puede desarrollar o mantener. El Estado define protocolos mínimos: los expertos mundiales hacen y mantienen la tecnología. Los gerentes de Sistemas, o CIO, entraron a los directorios de las organizaciones más grandes y eficientes del mundo hace décadas.
La CIO es la ministra de Telecomunicaciones y tiene un importante desafío por delante.