Malas lenguas

Ya es hora de registrar, sopesar y medir lo que advierten, amenazan y dicen quienes más hablan en una sociedad: los políticos’.
Dicen las malas lenguas que el feriado que pasó por poco nos trae un carnavalazo. Es el nombre dado por el argot popular a las crisis o episodios políticos extraordinarios que coinciden con carnaval para pasar bajo el radar social. No solo la sociedad está distraída sino que también los políticos tienen menos margen de maniobra en esos días.
Hubo más que malas lenguas, debo decirlo: hasta la presidenta de la Asamblea habría expresado sus reservas sobre los planes de sus detractores en el feriado.
Según las especulaciones, existía el riesgo de que los bloques de oposición liderados desde Bruselas, Mocolí y algún lugar de la Sierra central, tomen por asalto los cargos de mando en la Asamblea y pongan desde allí en jaque al Gobierno. Ante esa posibilidad el Ejecutivo habría llegado hasta a evaluar una muerte cruzada. Este último escenario, que incluye llamado a elecciones seis meses después de firmado el decreto, añadiría una capa de dificultad al incorporarse al calendario electoral.
Seguimos en especulación, cierto es; pero la especulación es hipótesis también, puestas las cosas en perspectiva científica. Aquella perspectiva tan necesaria en las ciencias blandas y en el lábil espacio de nuestras mentes ciudadanas. Por ello, para justificar este ejercicio, debemos salir de las malas lenguas, del chisme y pasar a asignarle peso y medida a los anuncios, advertencias y amenazas de la política. Es nuestro futuro político y económico el que está en juego para dejarlo en la ligereza del bla bla bla.
Veamos entonces, en son de medición: ¿tendrá la oposición suficiente fuerza para descabezar a las autoridades de la Asamblea hasta antes de que sean convocadas a las elecciones de 2023? ¿Tendrá el Gobierno la fuerza para convocar una consulta popular que es, al final del día, un referéndum a su mandato, a tiempo para entrar al calendario electoral 2023? La fecha prevista para zanjar esta medición de fuerzas es 21 de agosto. Lo tengo anotado en mi Pascualina; si nos olvidamos de medir las cosas solo estamos alimentando el chisme y siendo parte de las malas lenguas.