Batman no vive en Caracas
"Votar por desconocidos mesiánicos resulta mortífero. Las clases medias son propensas a esta enfermedad"
En la semana que acaba de pasar, el presidente del Ecuador fue insultado groseramente por el dictador que impera en Venezuela. Coronó los dicterios tachando de desconocido al presidente Moreno. Supongo que para el presidente del Ecuador y sus allegados, estos insultos son tomados como reconocimientos. Reconocimientos, porque expresar la verdad sobre lo que sucede en Venezuela y que lo podemos constatar dolorosamente todos los días en las calles y plazas de nuestras ciudades, es meritorio. Es de hombre de bien que no teme decir la verdad que percibimos la inmensa mayoría de latinoamericanos.
Lo sucedido con las recientes elecciones venezolanas, si es que se puede calificar como tales aun evento con el 70 % de ausentismo, control total del gobierno sobre los organismos electorales y amenazas contra cualquiera que disienta con el dictador, fue lo que suele llamarse “la noche triste”.
Sin embargo, hay lecciones que nos deja esta última farsa. Debieran hacer meditar. En primer lugar, la importancia del voto pese del fraude de que se habla tanto, como de las conspiraciones invisibles. Por ello no se puede entregar al azar. Votar por desconocidos mesiánicos resulta mortífero. Las clases medias son propensas a esta enfermedad. Por supuesto, también los desesperados, los que aparentemente nada tienen que perder, porque no tienen nada, pero que, sin embargo, esperan todavía algo en el futuro. Ese desperdicio del voto les vedará toda esperanza. Como a los venezolanos de hoy.
La segunda lección es que nadie vendrá a rescatarnos sino solo nosotros mismos. Batman no vive en Caracas ni en Venezuela, ni en ninguna parte. Obama fue lamentable por dar alas al régimen cubano y por ende dejar espacio a Chávez y a sus secuaces regionales. Tampoco Trump pudo hacer mucho concretamente. Sí, hay la preocupación de que Biden comenta el mismo error de Obama. Pero algo es claro. Si los venezolanos, y en este caso la oposición que es incapaz de una política común, no hacen algo, nadie vendrá de fuera por ellos, por más simpatizantes y amigos de buena voluntad.
