Joaquín Hernández | Libreto contra Ecuador
Por supuesto los compinches del eje están totalmente desacreditados. Pero actúan sin escrúpulos
¿Existe un eje de izquierda en América Latina? Este pensamiento utiliza la teoría de la dominación, el compromiso ético de la denuncia y el deber ser de un futuro de igualdad al que bautizan “proyecto”. Y eso es lo que venden en colegios y universidades a los jóvenes para que formen parte de una conscripción contra el mal. Solo hay blanco y negro. El relato se vende en términos de discurso profético. Ya se sabe que para los profetas, en el paroxismo del anuncio de la destrucción del mundo y de la proclamación del nuevo, no hay tiempo para precisiones. Menos para la verdad.
Analistas de opinión pública han señalado que en el mundo de hoy, las mayorías no se mueven por razones ideológicas. Peor los jóvenes que viven solo el presente y no tienen idea o no les interesan los metarelatos de las generaciones de los años 60, 70 del siglo pasado. Y sin embargo es un hecho que existe, entre nosotros, un eje que habla en nombre de la izquierda, que actúa coordinadamente en torno a un plan acordado y que lo cumple sin ningún tipo de escrúpulos en nombre del proyecto, como en los tiempos de Stalin y otros personajes siniestros. La conclusión es que esta izquierda, Grupo de Sao Pablo, no necesita que las mayorías piensen como ellos, sino que sean dúctiles para su manejo. Basta, eso sí, tener “cuadros”, es decir líderes que hagan su papel.
La existencia de este ‘eje’ ha quedado de sobra puesto de manifiesto a raíz de la crisis originada por el presidente López Obrador con Ecuador. Bastó que uno de los suyos estuviese con problemas para aparecer como tal. Comenzó el incendio en una mañanera, opinando, irrespetuosamente, de repente, sobre Ecuador. Al ser declarada ‘non grata’ su embajadora, respondió dando asilo político. Y, curiosamente, mandó un avión de la Fuerza Aérea mexicana a recogerla. El Gobierno de Ecuador tuvo que actuar y empezó el grito al cielo de todos los presidentes del eje, hasta llegar a la ridiculez de pedir que expulsen al Ecuador de Naciones Unidas.
Una cumbre de la Celac entre gallos y medianoche. Por supuesto los compinches del eje están totalmente desacreditados. Pero actúan sin escrúpulos en nombre de un derecho de asilo obsoleto. Ecuador, su Gobierno, fue el blanco elegido esta vez. Hay un libreto en acción.