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Joaquín Hernández: Milei, Hombre del Año

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Milei no mintió en la campaña sobre la gravedad de la situación argentina y su condición de enfermo terminal. 

No puede entenderse el significado de la revolución que lidera Javier Milei a partir de sus dos primeras semanas de gobierno, sin considerar el contexto, el estado de enfermo terminal en que se encuentra la Argentina de hoy. Jorge Liotti, editor del diario La Nación de Buenos Aires, lo advirtió, meses antes de la primera vuelta de las elecciones de este año, en uno de los más lúcidos libros sobre la situación argentina: La última encrucijada. Los dilemas de la democracia argentina. Milei no sonaba mucho como presidente pero era obvia la necesidad de un cambio radical en la Argentina.

En 2023, señalaba Liotti, coincidían tres procesos enormemente significativos: uno, el del cuadragésimo aniversario del retorno a la democracia que inevitablemente ponía sobre la mesa lo ganado y lo perdido en esos cuarenta años; el segundo, la percepción generalizada de que en estas elecciones presidenciales no se trataba de una justa electoral más, “sino que estaría sobre la mesa de discusión el rumbo definitivo del país”, debido al consenso generalizado sobre su estancamiento económico y social. “La confluencia de estos factores sustentó la idea de que Argentina se enfrenta a su última encrucijada”. El país, continuaba Liotti, ha perdido la capacidad de imaginar el futuro y lo que se vive es una pobreza no solo económica sino emocional.

Milei no mintió en la campaña sobre la gravedad de la situación argentina y su condición de enfermo terminal. Rompió el mito de que los votantes solo quieren candidatos que les mientan. Que solo hay que dar noticias buenas. Y ya presidente, sin cálculos políticos se ha lanzado frontalmente a destruir el Estado colectivista construido sobre todo en los últimos 23 años. Primero fue el ministro de economía Luis Caputo que presentó un paquete de medidas económicas de emergencia para controlar la inflación. A la semana siguiente, el 21 de diciembre, el presidente, aprobó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que apunta a desregular la economía. Y finalmente, esta semana el proyecto de ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos, elaborado por un gigantesco equipo dirigido durante un año por Federico Sturzenegger: 180 páginas, 664 artículos con modificaciones de cientos de leyes vigentes que pretenden cambiar a Argentina.