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Joaquín Hernández: ¿Qué ha pasado con la filosofía?

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Cuando llegué a Guayaquil en los 60, Sartre y el existencialismo eran el único y último referente del quehacer filosófico

Para la casi mayoría de las personas, la filosofía aparece muy distante de las preocupaciones de los seres humanos. Sobre todo en una época como la nuestra, signada por la rapidez de los acontecimientos, que condena inmediatamente al olvido a lo que ha sucedido antes, como a la percepción de la falta de dirección de los procesos históricos en que la vida humana se ve envuelta. El orden mundial que surgió después de la caída del Muro de Berlín en 1979 y de la disolución de la Unión Soviética en 1991, pareció dar inteligibilidad al futuro por venir después de que la humanidad hubiese sufrido en menos de un siglo dos guerras mundiales, los conflictos de descolonización de los años 50 y 60, y las batallas locales por la Guerra fría. Ese orden mundial está roto por la epidemia del covid y sus múltiples impactos, la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra en Gaza.

Esta distancia de la filosofía con respecto a la realidad se acentúa en nuestro caso por el desconocimiento de su presencia en los debates de nuestro tiempo, como la necesidad de redefinición de lo humano, el relativismo que horada instituciones y legitimidades, y el imperio de la posverdad, que termina precipitándonos en la babel de las interpretaciones. No hay canon y lo que existe son solo interpretaciones.

 Cuando llegué a Guayaquil en los setenta, Sartre y el existencialismo eran el único y último referente del quehacer filosófico contemporáneo. Se citaban pensamientos de autores clásicos como Platón o Aristóteles. En muchas universidades de la época lo que se entendía por filosofía era la repetición monocorde de los manuales de marxismo oficial. No se sabía que Sartre se había despedido bruscamente del existencialismo casi un cuarto de siglo antes y que la cita aislada de filósofos no es filosofía sino mera erudición, ya que prescinde del contexto histórico en que existieron y la problemática teórica que afrontaron. El autor de El ser y la nada fue relevado por sus compatriotas Deleuze, Derrida y Foucault y estos a su vez fueron desplazados por los italianos Agamben, Vattimo. Hoy hablamos de Byung-Chul-Han.

A la filosofía se le puede pedir que exprese al mundo o que dé claves para entenderlo. Hegel creía lo primero: la razón era la rosa en la cruz de los tiempos. Pienso que Heidegger se inclinaría por lo segundo.