Repensar la universidad II

La única forma de responder satisfactoriamente a los jóvenes de estas y próximas generaciones es la diversificación de las instituciones de educación superior, algo que resulta imposible por completo con el modelo de la LOES 2010
Repensar la universidad no puede reducirse a buscar soluciones inmediatas al problema de la falta de cupos por más preocupante que pueda ser. Sí, no es justo que no haya cupos para ingresar a las universidades públicas a todos los jóvenes bachilleres que se gradúan. De alguna manera su futuro y su realización personal están comprometidos. ¿Pero cómo se produjo esta situación? Presos de las necesidades del momento, no hay comprensión de la dimensión sistémica de los problemas.
En primer lugar, la demanda de cupos a las universidades obedece a una subida de la tasa de natalidad de las décadas anteriores que no previó una demanda en los números actuales. ¿Va a mantenerse esa tasa, aumentar o más bien disminuir en los próximos años? Esta es una pregunta de la que van a depender los futuros estudiantes de las universidades y que debe ser prevista en la planificación de la educación.
En segundo lugar, la única forma de responder satisfactoriamente a los jóvenes de estas y próximas generaciones es la diversificación de las instituciones de educación superior, algo que resulta imposible por completo con el modelo de la LOES 2010 y, pese a las reformas, el 2018. Las profesiones desaparecen o se transforman, los mismos jóvenes no buscan ya las profesiones tradicionales sino nuevas que respondan a su inserción en la sociedad actual cada vez más diversas y que permitan la combinación con otras disciplinas y tareas. Los mismos saberes están perdiendo cada vez más de forma acelerada los límites epistemológicos que les daban unidad pero también rigidez.
En tercer lugar, fortalecer la oferta de carreras técnicas y tecnológicas es estratégico, siempre y cuando se acompañe con el reconocimiento social. Los jóvenes de hoy buscan realización personal y no solo un puesto de trabajo. Prefieren, aunque pueda sonar extremo, sentirse bien con cualquier marca a la fidelidad a una marca y por eso su carácter nómada en cuanto a preferencias y lugares de trabajo y vida. Escucharles a ellos es indispensable para todas las instituciones del estado que planifican y reglamentan la educación superior. Los discursos ideológicos años sesenta les aburren.