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Semana de vértigo

Avatar del Joaquín Hernández

"Trump dispara con ametralladora y traspasa los límites de lo verdadero y de lo que es ficción"

Al momento de escribir este artículo, las tendencias apuntaban al triunfo del candidato demócrata a la presidencia de los EE. UU., Joe Biden, al terminar una de las semanas más agitadas y electrizantes que hemos vivido. Lo que capta nuestra atención y nos mantiene casi pegados a los noticieros de televisión, las pantallas de las laptops o de los iPhones, no es la adhesión a uno u otro de los candidatos, sino el destino de la democracia por excelencia para el mundo occidental, el espejo en que nos miramos como sociedad desde 1948. Si ese referente cae, digo, es un decir, para repetir la famosa frase de tiempos de emergencia, terminaríamos tan desamparados como los ciudadanos que vivían tras la Cortina de Hierro, cuando se autodestruyó el sistema del socialismo real y el socialismo real se sepultó.

El problema no es estar del lado del presidente Trump por uno o más valores con los que se supone podemos coincidir. Trump no es un político en el sentido tradicional de la palabra sino la expresión de la ubicuidad y liquidez del mundo en que vivimos. “Reality show” antisistema, lo calificó Jaime Durán el jueves en una entrevista para CNNE. Por eso se ha convertido en símbolo del rechazo al multilateralismo y en general del pensamiento llamado tolerante, que acoge a todas las ideologías pero que termina convertido en cinismo. Poseído, sin embargo, por la némesis del rechazo, de no ser del establecimiento político tradicional estadounidense, Trump dispara con ametralladora y traspasa los límites de lo verdadero y de lo que es ficción. Si no puede probar que hubo fraude…

Trump ha mostrado paradójicamente, gracias a la democracia, que esta puede ser el veneno más mortal contra sí misma. Y a la vez que es el único antídoto contra ese veneno mortal. De ahí el vértigo de esta semana que no va a acabar de terminar.

Trump muestra lo contradictorios que somos. También cuán débiles, porque, pese a las apariencias, debemos, para poder sobrevivir, ver enemigos en todas partes y combatir sombras de árboles y soldados. Pero en definitiva, lo importante, lo que nos interesa como demócratas es que triunfe quien triunfe, las reglas del juego se mantengan para poder nuevamente, derrotar a la próxima amenaza.