Nuestras actuales demencias

No hay ninguna razón para crear más caos y muertes en el Perú’
La revista peruana Caretas, a propósito de lo sucedido en su país desde el golpe de Estado de Pedro Castillo el 7 de diciembre, que terminó en horas por el rechazo de todas las demás instituciones del Estado, recordaba una de las frases del discurso de Gabriel García Márquez al recibir en Oslo el Premio Nobel de Literatura: “la independencia de nuestros países no nos puso a salvo de la demencia”. La afirmación puede extenderse a todo lo que viene sucediendo en Perú hasta ahora, una verdadera comedia de mal gusto que se está transformando rápidamente en tragedia por los muertos que está ocasionando, los millonarios daños materiales y morales por los enfrentamientos y la paralización del país. Y ‘last but, not least’, el comunicado conjunto suscrito por los gobiernos de México, Argentina, Bolivia y Colombia, pidiendo en la práctica que se restituya a Castillo después de que el mismo expresidente rompiese el orden constitucional al que ahora se pretende defender. No hay ninguna razón para crear más caos y muertes en Perú. La presidenta Dina Baluarte se ha reconocido como transitoria al plantear el adelanto de las elecciones para diciembre de 2023. Antes es imposible por razones jurídicas, técnicas, logísticas. El Congreso, es cierto, no llega todavía a un acuerdo sobre dicho adelanto, pero no será destruyendo más vidas humanas y bienes como se conseguirá hacerlo.
El expresidente de Perú no ha sido apresado sin juez ni defensa”, como señala sin base uno de los mandatarios de los cuatro gobiernos extranjeros que auspician a Castillo, a este, como señalaba un editorial de diario El Comercio, de Lima, desde que se le dictó prisión preventiva se le han respetado sus derechos y garantías y como consta a la opinión pública nacional e internacional, ha podido enviar, sin obstáculos, cartas y utilizar redes sociales con propósitos claramente subversivos. Finalmente, el Poder Judicial ha ordenado, tras el debido proceso, la prisión preventiva de 18 meses para el exmandatario, sobre el que existen “graves y fundados elementos de convicción por presunta conspiración”. Castillo, como señala el periódico limeño, debe responder ante la justicia peruana por los delitos que el ministerio público le imputa. El fallo es un intento de rescatar la cordura en la locura de estos días, donde a un golpista atemorizado se lo intenta rescatar como víctima.