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Adiós a la Guerra Fría

Avatar del Joaquín Hernández

Para quienes piensan todavía así y creen que no importan sus negligencias es necesario que tengan en cuenta las recientes declaraciones del asesor estadounidense del presidente Biden en Cartagena, Juan González

Muchos latinoamericanos no entienden que la Guerra Fría terminó hace décadas. Siguen confiando en que tarde o temprano habrá una intervención del “imperio” (entiéndase los Estados Unidos de América) que ayudará a derrocar a los gobiernos que acaban con las libertades, la democracia y la propiedad privada. No importa por tanto su negligencia, su incapacidad de compromiso, su mira cortoplacista que solo busca beneficios inmediatos, su falta de visión para entender la complejidad de los escenarios actuales en que se desenvuelven sus sociedades.

La estabilidad de los gobiernos latinoamericanos dependía más de Washington que de sus propios ciudadanos.

Para quienes piensan todavía así y creen que no importan sus negligencias es necesario que tengan en cuenta las recientes declaraciones del asesor estadounidense del presidente Biden en Cartagena, Juan González, cuando al dirigirse a más de 2.000 empresarios colombianos les dijo: “Hace 40 años Estados Unidos habría hecho todo lo posible por evitar la elección de Gustavo Petro y, una vez elegido, habría hecho todo lo posible para sabotear su proyecto. Eran las políticas de la Guerra Fría”. Para añadir seguidamente: “Al igual que la política tiene que evolucionar, la colaboración también. Como reconocemos que este fue un gobierno elegido legítimamente en base al cambio, y nosotros, dada la importancia de Colombia, nos hemos preparado para navegar ese cambio y para comunicar nuestros intereses de forma directa y constructiva”. Más claro no se habla.

Las declaraciones de González advierten a las élites empresariales y de ciudadanos latinoamericanos que creen en la democracia liberal, las libertades, la libertad y el emprendimiento, que depende de ellas lo que pase en su país y que para ello deben pensar en términos de estrategia social y no meramente de eficiencia financiera.

El conflicto a nivel mundial no es ya ideológico, como lo señala Jaime Durán Barba, aunque se utilice para ello los vocabularios y jerga marxista que estuvieron de moda hace décadas. Es una guerra entre democracias y autocracias, donde estas últimas tienen aliados casi invencibles: la corrupción, el narcotráfico, el populismo en redes sociales.