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Expectativas regionales:¡Basta!

Avatar del Joaquín Hernández

"El grito, en diversos tonos, resuena en la región"

El ¡basta! sonó masivamente el miércoles pasado en el cierre de la campaña en Argentina que se preparaba para las elecciones del domingo pasado para la renovación de las cámaras de diputados y senadores, hasta ahora dominados por el kirchnerismo en el poder. Se renueva la mitad de la cámara de diputados compuesta por 257 representantes y un tercio del senado compuesto por 72 miembros. No solamente se trata de elecciones en el poder legislativo sino un veredicto popular sobre el gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner, que han mostrado con creces su incapacidad tanto en el ámbito económico, típico de los gobiernos populistas de la región, como en el combate contra la pandemia. “Basta” fue la palabra que mostró escrita en una bandera la candidata símbolo de la oposición, María Eugenia Vidal, en Recoleta, en el cierre de campaña y que expresa el hartazgo, la frustración y la cólera de los argentinos por la gestión del actual gobierno. Como muy bien hacían notar los corresponsales de El País de Madrid en Argentina, el grito tradicional de la oposición democrática contra los gobiernos populistas y a menudo dictatoriales de América Latina “Sí se puede”, ha cedido lugar al “Basta”, lo que es todo un síntoma de la región.

No solo Argentina. El grito, en diversos tonos, resuena en la región. Este mismo 15 de noviembre tendrá lugar en Cuba una nueva protesta nacional contra el régimen dictatorial cubano, aquejado como el de sus pares populistas, por la ineficiencia, la corrupción, y el ejercicio violento y despótico del poder. Y de haber infiltrado a todos los regímenes populistas de izquierda como Venezuela, Cuba, Nicaragua, los casos más emblemáticos y lamentables, para manejar sus servicios de inteligencia, eliminar a los sospechosos de crítica y entrenar a los servicios policiales para la represión contra manifestantes y opositores del gobierno.

Al régimen dictatorial de Ortega en Nicaragua hay que decirle también ¡basta!, pese a la mascarada del circo electoral pasado. Es el turno de los países democráticos de la región.