Un Estado fracasado
Nuestro vecino experimenta coincidencias en las que nos podemos ver retratados como en un espejo borroso, en que de alguna manera nos reconocemos
Dos articulistas de diario El Comercio de Lima, Alonso Cueto y Pablo Ramírez de la Torre, se ocupaban el pasado viernes de la situación caótica que atraviesa el Perú y que no parece tener salida a la vista con la prontitud que exige la gravedad de los conflictos desatados. En estos momentos, nuestro vecino experimenta coincidencias en las que nos podemos ver retratados como en un espejo borroso en que de alguna manera nos reconocemos, sin que se pueda hablar de semejanzas absolutas. La imagen que se refleja es la de inestabilidad, la pérdida del orden, el conflicto sin salida como única forma de existencia ciudadana. En ambos casos pareciera que el pacto social que es la base de la democracia liberal, no existe más.
En La venganza de los hambrientos, Ramírez de la Torre comienza con un resumen de los costos de las confrontaciones, hasta el 26 de enero de este año. Más que cifras frías, situaciones límites. Hambre en amplios sectores de la ciudadanía, que es el dispositivo ideal para la violencia. Aumento creciente de la pérdida de empleos, como la de sectores turísticos tradicionales, cuyos desempleados forman parte del ejército de descontentos. Congreso que se niega a dar salida al clamor popular por elecciones, avizoradas, bien o mal, como la única salida al fracaso de la democracia en el Perú. Más allá de los muertos y de las pérdidas, es el fracaso del Estado liberal o de su caricatura.
Para Ramírez de la Torre, los dos sectores políticos hegemónicos identificados como la izquierda y la derecha se han vuelto incapaces de dar una salida a una situación en la que existen jugadores pero no reglas de juego. La izquierda porque se ha agotado en ser el motor de las protestas. El enfrentamiento callejero permanente no resuelve los problemas de hambre, inflación o falta de empleo. Son manifestaciones de graves malestares sociales que exigen una salida. La derecha por su incapacidad de ir más allá del corto plazo y del cálculo partidario.
Para Cueto, si del conflicto sin salida a la caída del autoritarismo es lo que caracteriza a la historia republicana del Perú, el Estado ha fracasado. Lo que se evidencia también es la inexistencia del pacto social y de un Estado que es incapaz de llevar adelante la convocatoria a uno nuevo, que no es lo mismo que Asamblea Constituyente.