Los nuevos electores

“No más mentiras, mi pueblo pide libertad, no más doctrinas/Ya no gritemos Patria o Muerte sino Patria y Vida/”.
Uno de los libros indispensables que debiera ser leído no solo por quienes están al frente de la organización y dirección de campañas políticas, sino por los académicos responsables de la formación de los estudiantes en las universidades, los intelectuales, y en general los que quieren entender qué es el mundo en que estamos viviendo en América Latina, es Mujer, sexualidad, internet y política. Los nuevos electores latinoamericanos, de Jaime Durán Barba y Santiago Nieto, editado por el Fondo de Cultura Económica.
Su objetivo es por tanto no ofrecer recetas o estrategias de campaña sino a partir de su experiencia en las mismas, contribuir a pensar, pese a que digan lo contrario en la Introducción, a proponer “las bases de un nuevo paradigma” para entender las sociedades latinoamericanas contemporáneas.
“Vivimos en el mundo en que hemos nacido y no en el que desearíamos vivir”, señalan, como punto de partida epistemológico, los autores. Como recordarán los lectores amigos de la filosofía, este es el punto de partida de Hegel, por ejemplo en la Filosofía del derecho, con el que enfrenta a la herencia de la Ilustración kantiana.
Los resultados de la primera vuelta en el país han sido un sacudón intelectual para las visiones tradicionales del comportamiento del electorado. Resulta que hay un porcentaje significativo de personas situadas entre los 18 y 40 años de edad, advirtiendo por supuesto que son límites flexibles, que escogieron votar por aquellos candidatos para los que izquierda y derecha significan poco, quieren cambios que no están circunscritos al ámbito estricto de la lucha partidaria y que no se inscriben en el dualismo amigo-enemigo.
No figura, pero con todo derecho podría ilustrar el libro, el video que circula estos días y que tiene 2,5 millones de reproducciones en YouTube, Patria y vida, que se sitúa completamente afuera del conflicto izquierda-derecha que dividió América Latina hasta hace poco: la actual “desacralización de los símbolos”: “No más mentiras, mi pueblo pide libertad, no más doctrinas/Ya no gritemos Patria o Muerte sino Patria y Vida/”.