Premium

Zweig, de nuevo

Avatar del Joaquín Hernández

Aparecieron con prudencia, seguramente por la censura moral de la época, algunas de sus novelas que podrían haber sido calificadas de atrevidas.

En los años 50 y 60 del siglo pasado, las biografías de Stefan Zweig eran ‘best sellers’ del público culto de la época. Editorial Juventud de Barcelona publicó en ediciones de tapa dura las biografías de Fouché, María Antonieta, Erasmo de Rotterdam, todas figuras de segundo nivel en el escenario político europeo de su tiempo. Erasmo fue opacado por Lutero, aunque sobrevivió como humanista de minorías y representante de la sátira con intenciones pedagógicas con su Elogio a la locura. María Antonieta, una figura menor cuyo drama, ser condenada a muerte como representante de la realeza, no se compadece ni con su carácter ni con sus convicciones. En cuanto a Fouché, vivió y murió cumpliendo su deseo: ser una sombra intrigante, maligna, pero siempre tras bastidores y por supuesto borrado por el cataclismo que significó el Imperio.

De más intensidad y centrado en acontecimientos puntuales, fue el libro Momentos estelares de la humanidad, en los que aparentemente se definió la historia mundial, como la caída del Imperio Bizantino, el mortal viaje de Magallanes o el retorno en tren de Lenin desde Finlandia. Muchos de los otros ‘momentos’ no pueden ser considerados estelares, ni siquiera la batalla de Waterloo y menos la Elegía en Marienbad.

Pero la gente buscaba a Zweig sin preguntarse por las razones de sus temas. Aparecieron con prudencia, seguramente por la censura moral de la época, algunas de sus novelas que podrían haber sido calificadas de atrevidas: Amok; 24 horas en la vida de una mujer. Otra cosa sus memorias, El mundo de ayer, un ensayo a través de su vida, de la crisis y destrucción de la cultura europea del siglo XX de que Zweig se sentía representante.

Hace pocos días El País, de Madrid, anunciaba que desde este 1 de enero, la obra de Zweig es de dominio público y que las grandes editoriales estaban listas para romper el monopolio que durante décadas mantuvo, con ediciones elegantes y cuidadas, editorial Acantilado. Tras la obra del escritor austríaco, grandes nombres como Alianza o menos conocidos como Fórcola o Hermida. Lo que significa que Zweig, pese a todo, sigue de moda o vuelve a estar de moda y que hay lectores para él casi cien años después.