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Jorge Jalil: Guillermo

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Quizás presidente, sí fue una víctima, pero no solo de los que hoy usted culpa por su fracaso

Era el año 2012 y me recibió primero quien en ese entonces era su asesor personal y eventual jefe de campaña. Sobre su escritorio vi una copia de La rebelión de Atlas y mi afición por los principios de la libertad hizo que me emocionara. Después de un rato usted entró, me preguntó cuántos años tenía, cuáles eran mis planes, y me contó sus planes para un mejor Ecuador.

Salí de esa reunión convencido de que lo iba a apoyar y así fu; en sus tres candidaturas contó con mi voto. El proyecto de país que vi formar a usted y su equipo durante años, a mi criterio, era lo que Ecuador necesitaba.

Dicho esto, y habiendo expuesto que es un hombre que respeto y que apoyé, siento que una vez que asumió el poder el país se le comenzó a ir de las manos. Ha manifestado usted en más de una ocasión que fuerzas malignas boicotearon su gobierno desde que inició y lo obligaron a invocar una muerte cruzada. Ese es un punto de vista que a pesar de que no comparto, porque me parece que eso fue una consecuencia de una decisión tomada por usted y su equipo incluso antes de que se posesione, respeto. Lo que me gustaría, presidente, es que se pregunte si las fuerzas que llevaron a que usted no termine su mandato ni cumpla con su plan de gobierno solo vinieron de afuera. ¿No será, señor presidente, que incluso aquellos que no conspiraron con malicia desde adentro, contribuyeron a las adversidades por no saber decirle cuándo debía reevaluar sus posiciones y decisiones? ¿Podrá ser que las figuras en las que buscó consejo y refugio ya habían fracasado antes y no tenían por qué triunfar ahora?

No creo que ha sido el peor presidente de la historia, pero si me lo permite, me parece que la falta de autocrítica en su gestión llevó a que incluso cuando la suerte se echó y usted se encontró en el momento perfecto para sopesar lo que hizo bien y mal en su gobierno, se decida por decirnos que fue víctima de la vieja política (a pesar de que algunos de aquella fueron parte, directa o indirectamente, de su gobierno), de la Asamblea, etc. Quizás presidente, sí fue una víctima, pero no solo de los que hoy usted culpa por su fracaso.