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Jorge Luis Jalil: El triunfo de la ultraderecha

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Es importante que seamos muy críticos a la hora de leer noticias y formar opiniones propias

Si solo leyéramos titulares internacionales sobre lo sucedido en las elecciones parlamentarias europeas, nos convencerían de que el fascismo, los nuevos Mussolinis y Hitlers están por tomarse las democracias europeas. Desconozco si es su propia agenda o sencillamente vagancia intelectual la que los lleva a llamar a todo partido con posiciones nacionalistas y conservadoras ‘ultraderecha’, pero simplifica en demasía la conversación que debemos tener sobre lo que sucede en Europa: ¿qué nos quiso decir el electorado?

Encuestas hechas previamente mostraron que la migración y la seguridad primaron a la hora de que los votantes elijan sus representantes, con casi la mitad de los encuestados diciendo que su voto se guiaría por estos temas. Probablemente de ahí nazca la catalogación de quienes vencieron como ‘ultraderecha’, ya que por alguna razón ciertos medios no pueden concebir la idea de que ciudadanos les pidan a sus autoridades que tengan un poco más de control a la hora de escoger no solo quién ingresa a su país, sino quién llega para quedarse.

Durante años la política keynesiana de inversión pública acelerada y endeudamiento se ha aplicado en países como Grecia y España, donde el electorado se pronunció en contra del derroche y a favor de la responsabilidad fiscal con el triunfo del PP en España y el de Nueva Democracia en Grecia, donde el PSOE y Syriza perdieron el dominio de los escaños que esperaban ganar o recuperar.

No es coincidencia que los partidos con posiciones de ‘derecha’ (término que en otra ocasión les explicaré considero ya no debe existir) sean a los que los votantes acuden en momentos de falta de aceleración económica y desempleo, ya que hasta ahora son los únicos que hablan la verdad cuando se trata de macroeconomía: no se puede gastar más de lo que ingresa.

Finalmente, es importante que seamos muy críticos a la hora de leer noticias y formar opiniones propias, de lo contrario caeremos en el simplismo de los ‘clickbait’, ignorando el fondo de los asuntos que leemos.

En Europa venció el electorado que dijo: hasta aquí.