Las mayorías silenciosas

¿Qué pasó? Las encuestas se dejaron influenciar por los expertos que critican a Jair Bolsonaro por su estilo
Este domingo en Brasil se llevo a cabo la primera vuelta de las elecciones presidenciales y como ha pasado en algunas otras elecciones ya, las encuestas se equivocaron de una forma, por decir lo menos, importante. ¿Qué les quiero decir con esto? Últimamente los electores nos enseñan que para ellos el día de elecciones no se trata de las credenciales de un candidato o de lo bien estructurado que se encuentre su plan de gobierno, ni siquiera sobre quién representa un cambio a lo ya establecido; se trata de quién consideran capaz de resolverles los problemas, de defenderlos y dar la cara por los millones que se sienten sin voz, que se hartaron de la vieja política y que no buscan un ser inalcanzable ni inmaculado, sino uno como ellos, que les haya demostrado que entiende a fondo los problemas de la gente. Otro error es creer que los problemas de la gente se solucionan escuchando los ‘focus groups’; ganador será quién se siente a hablar con la gente de a pie y de a uno escuche qué les quita el sueño en las noches.
Volviendo a Brasil, todas las encuestas decían que Lula le iba a sacar entre 10 y 15 puntos al gobernante actual, Jair Bolsonaro. Muchos nos la creímos e incluso esperábamos que pudiera ganar en una sola vuelta y que, de darse una segunda, Lula se la llevaría de alivio.
¿Qué pasó? Las encuestas se dejaron influenciar por los expertos que critican a Jair Bolsonaro por su estilo, porque le dicen homofóbico y porque es de “ultraderecha” (vaya usted a saber qué es eso). Claramente Lula es un expresidente muy querido a pesar de los juicios que tuvo en su contra y su juicio fue anulado por errores de “forma”, pero no es menos cierto que Bolsonaro le dio voz a los que no están de acuerdo con la ideología de género, los que se cansaron de la corrupción, los que creen en los valores familiares.
El peor error que pueden cometer encuestadores y expertos es ignorar clamores sencillamente porque no lo quieren aceptar; la arrogancia intelectual nubla el juicio y los llevará a errores como el de las elecciones de Brasil.
Las mayorías silenciosas son las que ganan votaciones y esas no siempre aparecen en las encuestas.