Premium

Jorge Jalil: La patria, en serio

Avatar del Jorge Jalil

La reelección llega por añadidura y eso creo que este Gobierno lo entendió

Hace unos días leía un artículo escrito por Xavier Marcet en el que hablaba de cómo distinguir una empresa que va “en serio” de una que no. Para él, “cuándo se va en serio hay claridad en responsables y resultados. Hay pocos comités; reuniones, las justas. Hay acción”.

Me parece un ejercicio adecuado trasladar estos conceptos del ámbito privado al público, ¿Cómo se vería tomarse el servicio público en serio? Quizás empezaría por limitar la verborrea, por medir mis indicadores de acuerdo a la realidad del país (no la percepción de los medios) y saber que a la larga respondo a mis mandantes. Servir en serio es hablar menos y actuar más, bajarle el volumen al ruido y acercar los oídos a la gente. Pero tomarlo en serio es también hablar con la verdad, no prometer cosas que la realidad del país impide o actuar como si los problemas que aquejan hoy a todos los ecuatorianos ya no existen. Pero a pesar de eso, no quiero un presidente con los retrovisores ampliados y el parabrisas reducido.

No me considero oficialista, tampoco opositor, sin embargo veo en el gabinete del presidente Noboa gente que se está tomando la labor encomendada en serio. No veo un presidente cuya obsesión sea estar frente a las cámaras vestido de traje y corbata diciéndonos que todo está bien. Veo un presidente que comunica lo que está haciendo, pero cuyo objetivo no es principalmente agradar, sino trascender.

Está claro que lo que le tocó no fue un ‘gobierno de transición’, como muchos pensaban; sino una prueba de fuego, prueba que servirá para que en unos meses la gente le diga si se preocupó de verdad por sus problemas y trabajó para resolverlos o no.

Hoy el debate ha caído tan bajo que se habla de las aptitudes sociales del presidente como si lo que importara fuera su sonrisa y no sus acciones, como si lo que importara fuera cómo dice las cosas y no lo que en verdad dice. La nueva política exige más autenticidad y menos poses, más verdades y menos mareos, menos palabras y más resultados. Tomarse en serio la patria es tener como único objetivo verla renacer. La reelección llega por añadidura y eso creo que este Gobierno lo entendió.