Utopías que venden

Yo creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos preguntamos por qué existe gente pobre, por qué Dios (para los que somos religiosos) o “la sociedad” permiten que cosas tan dolorosas como la hambruna, la desnutrición o la falta de acceso a una salud de calidad sucedan. Todos le encontramos una respuesta distinta; unos se van al extremo de decir que los ricos se hicieron ricos robándole a la sociedad, dejando sin oportunidades a los más pobres. Otros rebuznan diciendo que el pobre lo es porque quiere.
En Ecuador siempre ha existido una brecha marcada entre aquellos que pueden darse lujos extravagantes y otros que no están seguros si en un determinado día van a comer. De nuevo, hay diferentes formas de explicar esta situación, dependiendo sobre todo de la ideología, pero sea de la orilla que sea, los apasionamientos y dogmas son los que han causado tanta miseria, resentimiento y desigualdad. Lamentablemente, las utopías venden.
Una utopía por definición no es posible, pero aquellos que buscan el poder lo proponen de tal forma que convencen a masas y perpetúan el daño que sufre nuestro país.
En estos días el más claro ejemplo de esto me lo encontré cuando me informé sobre las demandas de la Conaie. De alguna forma quieren que encontremos la manera de gastar más en las cosas que el pueblo necesita, sacrificando más recursos en un subsidio que termina beneficiando a los más pudientes y a los que se aprovechan de él, rompiendo la ley.
Más allá de la deficiencia práctica de esta posición, se evidencia una contradicción a uno de los principios más antiguos de la Conaie: la protección de la naturaleza. Es decir, ¿la misma Conaie que se opone a la minería en cualquiera de sus formas, nos exige una gasolina más barata?
Esto no hace otra cosa que demostrar que esta organización no ha logrado encontrar un líder que en vez de querer hacerse famoso y destruir ciudades porque no le cumplen sus demandas, aterrice los nobles anhelos de la comunidad indígena en diálogos con sentido común, cuyo único objetivo sea sacar al país de la situación en la que se encuentra.