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Así, no

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En Ecuador la vida es cara y pedirnos que nos apretemos el cinturón sin ver que se haga lo mismo por parte del Gobierno no es la manera. Así, no

Corría el año 2002 y en Bolivia fue elegido presidente, por un muy apretado margen, Gonzalo Sánchez de Lozada, como resultado de una campaña comunicacional impecable que repetía que el país se encontraba en crisis y que él podía salvarlo. La crítica más dura a ‘Goni’ durante la campaña era que una vez en el poder se iba a someter a las exigencias y medidas del FMI, algo que él negaba rotundamente. Sin embargo, tras amplios análisis del equipo de gobierno del presidente, se acogieron a las exigencias del FMI para financiamiento y aceptaron las medidas que este, a su manera, le imponía: aumento del IVA, impuestos a la clase media, entre otros. Basta con decir que luego de ese anuncio ‘Goni’ no duró mucho más en el poder.

Al presidente Lasso se lo eligió con la esperanza de que él tiene la capacidad para cambiar el rumbo y sacarnos de esta crisis tan grave en la que nos encontramos. Lo que más se recalcó fue su coherencia durante años al oponerse a los impuestos.

En cuanto a lo primero, y bajo la excusa de que solo el 3 % de los contribuyentes van a tener que aportar más, dentro de su proyecto de ley elimina exenciones y “reordena” el sistema tributario, como lo dice el cuerpo normativo. Más allá del debate sobre en qué consiste la clase media y qué no, lo cierto es que los que ganan sueldos que les permiten vivir con las justas y a veces ni eso, ahora tendrán que pagar un impuesto 1, 2, 3 o hasta 10 veces más alto. Leyendo eso recordé un Guillermo Lasso que hablaba de la importancia del dinero en el bolsillo de los ciudadanos.

Lo más difícil de digerir es que este enorme esfuerzo que deberá hacer la clase media, representará aproximadamente $ 700 millones, es decir, menos del 3 % del presupuesto general del Estado. Le piden a la clase media que arrime el hombro pero en su plan no se ve una estrategia ambiciosa para adelgazar ese “Estado obeso” al que tanto nos referimos.

En Ecuador la vida es cara y pedirnos que nos apretemos el cinturón sin ver que se haga lo mismo por parte del Gobierno no es la manera. Así, no.