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Deber ser

Avatar del Jorge Jalil

Hablemos del comienzo de todo, la génesis: la ligereza con la que tomamos en el Ecuador la calidad de servidor público

Suenan las alarmas, el miedo nos domina, la desesperanza se abre cada vez más espacio en la moral de los ciudadanos de a pie.

Nuestras fuerzas del orden no responden, los radares se dañan después de semanas de instalados, policías y militares se involucran en esquemas piramidales que juegan con el dinero de miles de personas; dentro de las cárceles el control de los pabellones se lo damos a los carteles y no a los guías penitenciarios y cuando sí logramos capturar a un delincuente, es liberado con medidas sustitutivas.

Hablemos del comienzo de todo, la génesis: la ligereza con la que tomamos en el Ecuador la calidad de servidor público y por supuesto la falta de patriotismo. Créanlo o no, es de ahí que nace la podredumbre que evidenciamos a la hora del ejercicio del poder, en cualquiera de sus funciones.

Al pobre que no sabe si va a comer mañana, que necesita empleo, que siente el dolor de la subida de precios a diario, ¿qué le importa si Guadalupe Llori sigue en el poder? ¿Qué le puede importar una comisión de la verdad para que evalúe los procesos judiciales de los correístas? ¡Por Dios!, ¿a cuántos les importa quién está en el CAL?

Por otro lado, ¿quién en su sano juicio cree que los jueces influenciados por el miedo o la ambición, que fungen de constitucionalistas cuando les toca, tienen en su mente la inseguridad que aqueja a todos los estratos de la sociedad?

Para estas crisis están los líderes, ¿verdad? En Ecuador no. Aquí las personas con más influencia política se están peleando por la presidencia de la Asamblea, por elegir autoridades de control y por quién critica mejor y con más “jocosidad” al presidente.

En un país en profunda crisis esos mismos líderes deberían sentarse en una mesa a exponer qué harían ellos distinto, y se pondrían a las órdenes, sin pedir una comisión de la verdad o la cabeza de una presidente a cambio.

Eso es ser patriota, eso es el deber ser, pero hasta ahora, en eso quedará.