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¿Sondeos de opinión o propaganda?

Avatar del Jorge Jalil

Este escrutinio a las casas encuestadoras ayudará también a que se detenga la guerra por posicionar a un candidato u otro como primero y segundo

Los que hemos estudiado un poco de campañas políticas, hemos escuchado a consultores decir que las encuestas sirven para saber cómo está tu candidato y a qué votantes debes apuntar para crecer. Dicho esto, las encuestas, no solo en Ecuador sino en el mundo, se convirtieron en algo mucho menos inofensivo: en propaganda.

No es secreto para nadie que los candidatos contratan encuestadoras para hacer sus mediciones, y me parece muy bien, lo que sí molesta como elector es cómo el día de las elecciones nos sentimos completamente burlados por una abrumadora mayoría de ellas.

Las encuestas para estas elecciones no han sido ocultas, más bien se nota un interés por parte de las campañas de que se difundan algunas de ellas y casi todas dicen algo distinto. Ahora bien, cada uno es libre de opinar lo que considere, y diría que hasta de publicar resultados de encuestas que realicen, sea con los sesgos que sean, pero nosotros como votantes, como electores, deberíamos exigir un poco más.

Para las entidades financieras existen parámetros que les otorgan una calificación; puede ser AA+. AAA- y muchas otras. ¿Por qué no hacemos lo mismo con las encuestas? Después de las elecciones tomemos como referencia las últimas tres encuestas realizadas por cada empresa y hagamos una comparación con los resultados finales y de acuerdo a la correlación entre ambas otorguémosle una calificación a cada una para que, en la próxima elección, cuando nos quieran hablar de márgenes de error e índices de confiabilidad tengamos claro cuál fue su desempeño en las elecciones anteriores.

No estoy hablando de casos aislados. Para muestra un botón: en las últimas elecciones hubo encuestas que dieron por ganadores a candidatos que perdieron con porcentajes muy por encima de su margen de error. Este escrutinio a las casas encuestadoras ayudará también a que se detenga la guerra por posicionar a un candidato u otro como primero y segundo, y tendremos un verdadero pulso de lo que piensa la ciudadanía, algo que podría generar incluso confianza internacional y al menos una pizca de previsibilidad sobre el rumbo del país.