El caso Noboa no es un chiste

"Dos meses lleva el TCE tratando de forjar, en contra de la ley y los reglamentos, condiciones para que Álvaro Noboa pueda ser candidato"
Álvaro Noboa, Alvarito para el grueso de la población, es el político que en redes sociales suscita más chistes y memes. Y esto al margen de su estado de salud, que no es bueno. En ese sentido, Sylka Sánchez, su operadora y única vocera, se encargó de desmentir un artículo del medio digital 4P. En él se invita a Noboa a decir cuál es su estado real de salud, pues en el video de la entrevista que le hizo La Posta, es evidente que el posible candidato está afectado de temblores en su brazo y pierna derechas.
Como se sabe, Sylka Sánchez respondió que Noboa tembló de los nervios… La campaña puso a circular en redes un video en el cual, el precandidato presidencial promete dar empleo, alimento y salud al cien por ciento de los ecuatorianos. Y luego acelera el paso en una cinta trotadora para mostrar que está en perfectas condiciones. ¿De cuándo es ese video? ¿Y cómo puede una operadora política desafiar el sentido común como lo hace Sylka Sánchez, porque es claro que si Álvaro Noboa quiere terciar por la Presidencia de la República, su estado de salud es un tema público. Y no se puede ventilar con malas bromas o atentados a la fe pública.
Ahora, si Noboa en redes sociales es sujeto de chistes y memes, en el Consejo Nacional Electoral, CNE, su caso es una papa caliente. Y entre el CNE y el Tribunal Contencioso Electoral, TCE, él es un motivo de conflicto que podría, eventualmente, aterrizar en la Corte Constitucional. Si eso ocurriera, el diferendo se convertiría en un peligro letal para los tiempos y obligaciones que el Código de la Democracia impone al CNE, en la ejecución del calendario electoral.
Todo esto se debe, en sustancia, a dos problemas: Noboa no se registró a tiempo por el partido Justicia Social, en reemplazo de Fabricio Correa. Y el TCE ha tomado la defensa de su candidatura desde el 30 de octubre, cuando desconoció la decisión tomada por el CNE, el 16 de septiembre, de retirar la personería jurídica a ese partido, tras acoger una recomendación de la Contraloría General del Estado, que halló irregularidades en la inscripción de ese partido.
Dos meses lleva el TCE tratando de forjar, en contra de la ley y los reglamentos, condiciones para que Álvaro Noboa pueda ser candidato. Y para que ponga nuevas listas en las provincias en las que las candidaturas del partido de Jimmy Salazar, esposo de Pamela Martínez, protagonista y testigo en el caso sobornos por el cual fue sentenciado Rafael Correa, no estaban cerradas y en firme.
El CNE asumió, en efecto, que cuando el TCE le ordenó tomar medidas para que Justicia Social pudiera calificar sus candidatos en igualdad de condiciones que las otras organizaciones, se refería a retomar el proceso que quedó pendiente con motivo de la descalificación de ese partido.
Y lo hizo. Pero en un comunicado al país advirtió, el 22 de noviembre, que eso no incluía la inscripción de nuevas candidaturas o extender plazos para aquellos procedimientos de inscripción que no fueron concluidos por responsabilidad de ese partido. Más claro, imposible. El TCE volvió a la carga el 8 de diciembre y exigió, en los hechos, que abra la posibilidad de inscribir al binomio Noboa-Cornejo.
Ahí está el ‘impasse’. Y por lo que se ve, tres de los cinco consejeros del CNE consideran inaplicables -ellos no dirán ilegales- las decisiones del TCE. El hecho cierto es que Noboa no cumplió requisitos y plazos y tiene atrasado el proceso electoral. En su caso, nadie sabe por qué no dice la verdad sobre su estado de salud y por qué el TCE lo quiere inscribir a la brava en la papeleta presidencial.