¿El PSC tiene tesis o solo insultos?
'Es posible que pueda argumentar, en vez de calumniar y pretender, como hacía Correa, cambiar la biografía de los interlocutores de su jefe'.
Vicente Taiano Basante es asambleísta por Guayas, es coordinador de la bancada del Partido Social Cristiano en la Asamblea y tiene 40 años. Hace poco respondió a este columnista en Expreso, y lo hizo a raíz de una crítica al silencio de Jaime Nebot sobre lo que sucede en el Consejo Nacional Electoral, en el cual el PSC tiene un representante: José Cabrera. Él hace mayoría con Diana Atamaint y Esthela Acero.
Que un político responda una crítica periodística es normal. La polémica y el debate son ingredientes indispensables para oxigenar la democracia. Ahí no está el problema. Está en que cambie los términos de la reflexión. Está en que calumnie, altere la biografía del interlocutor y actúe como hacía Rafael Correa: en vez de responder las críticas, él descalificaba para destruir con mentiras a quien las formulaba.
Taiano dice que este columnista “finge independencia cuando es evidente que es vocero permanente de CREO y de Guillermo Lasso”. ¿Alguna prueba asambleísta? El argumento no puede ser más estulto. En este punto, su actitud no hace honor al cargo que ostenta ni a su edad. Tener 40 años no lo libra de saber un mínimo de la historia del periodismo nacional. Nadie puede inventar una biografía; pero tampoco nadie puede desconocerla. Tener 40 años debería incitarlo a usar la inteligencia. Los debates se hacen intercambiando ideas. Y para ello se requiere poner argumentos sobre la mesa; no invectivas.
Taiano debe creer que diseña la realidad porque la nombra. Y que una aseveración, por el hecho de publicarla, se convierte en realidad. Lamentablemente esa ha sido la tónica usada por los dirigentes de su partido. A mediados de los noventa, Jaime Nebot se dijo convencido de que diario El Comercio era portavoz de la Democracia Popular. Y esgrimía como prueba los análisis diarios que este columnista escribía.
Nebot tardó algún tiempo, tras agrias discusiones, en aceptar que ese periódico tenía una línea editorial inspirada en el interés público y que sus directivos y sus periodistas no alquilaban sus plumas ni sus convicciones. Rodrigo Borja pasó por lo mismo: dijo, y hasta hoy repite, que su partido fue víctima no de sus errores sino de las críticas de los periodistas; críticas que a su entender no merecía…
El mundo en blanco y negro no lo inventó Correa, aunque lo exacerbó. Los viejos políticos creen que si la prensa los critica es porque es asalariada de alguien. Vicente Taiano y Cynthia Viteri, en guerra contra Expreso porque este diario hace su trabajo, prueban que ese pensamiento sigue vivo en el PSC. ¿Hay personas a la venta con título de periodista? Seguramente. Correa compró un lote. Pero cada político encuentra lo que busca: ¿quiere alabanzas? Haga publicidad. ¿Quiere interlocutores que lo ayuden a reflexionar? Acepte las críticas, procéselas y debátalas.
Lo que no cabe es que la relación con aquellos que lo cuestionan esté mediada por troles e invectivas. Si tienen pruebas de que un medio o un periodista es un asalariado de un partido, háganlas públicas. De lo contrario, los políticos -peor si tienen 40 años- tienen que entender que viven en una vitrina, que sus actos son motivo de análisis y que así viven las sociedades democráticas. Una sociedad que no debate es un cementerio. Es la crítica y el debate de tesis lo que permite decantar las mejores soluciones en las políticas públicas.
El asambleísta Taiano debería hacerle confianza a su inteligencia. Es posible que pueda argumentar, en vez de calumniar y pretender, como hacía Correa, cambiar la biografía de los interlocutores de su jefe.