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Roberto Aguilar | Iza, capitalista o tonto útil

Mintieron que el paro nacional había sido financiado “en minga colectiva y solidaria”, con ayuda de voluntarios...

Finalmente Leonidas Iza lo admitió: “Por lo menos pusimos 200 millones de dólares en esas movilizaciones que usted llama violencia”, dijo este domingo en el debate de candidatos a la presidencia de la República. Como dando a entender que por ser tan caras esas movilizaciones no podían ser violentas. O peor aún: que por ser tan caras tenían el permiso de ser todo lo violentas que quisieran. Nunca se sabe con este farsante que predica la pobreza y resulta administrando grandes capitales.

200 millones: una fortuna. 200 millones empleados para desestabilizar la democracia, porque a punto estuvo, en octubre de 2019 y en junio de 2022, de tumbar a dos gobiernos. ¿De dónde los saca? Ahora que los declaró, Leonidas Iza está obligado a revelarlo. ¿Los desvía de los fondos que obtiene la Conaie de la cooperación europea, con el timo del desarrollo comunitario o quién sabe qué mentiras? ¿Está cometiendo fraude internacional el movimiento indígena? ¿O algo peor? ¿Proviene esa enorme cantidad de dinero de fuentes inconfesables, personas realmente interesadas en financiar el caos y la violencia? ¿Con qué propósitos? ¿Quién es el capitalista que mueve los hilos de este tonto útil?

En julio de 2022, poco después de la segunda tentativa de golpe de Estado del líder de la Conaie, el entonces presidente Guillermo Lasso lo acusó (y dio a entender que con información confiable) de haber recibido 15 millones de dólares del narcotráfico para financiar su revuelta. La organización indígena respondió, investida de falsa indignación moral y lágrimas de cocodrilo, con el verso del buen salvaje y la patraña de la solidaridad campesina. A los neoliberales, dijeron en un comunicado público, les resulta “imposible comprender que se haga algo sin mediación del capital”. Y en el colmo de la desvergüenza: “El paro nacional -mintieron- fue sostenido en minga colectiva y solidaria con la producción campesina de Costa, Sierra y Amazonía, por los barrios populares de Quito, las ollas comunitarias, la ayuda humanitaria de universidades y centros de acogida, por la ciudadanía espontánea, porque solo el pueblo sabe y siente las necesidades del pueblo”. Hoy sabemos que 15 millones de dólares son una fruslería, apenas el 7,5 por ciento de lo que gastaron, y que llevan 5 años tratándonos como a pendejos. ¿Cómo se siente el solidario mamerto que acudía a los centros de acogida a donar su saquito de papas para la causa, ahora que sabe que Leonidas Iza manejaba la gran chequera? Haría bien en sentirse como un imbécil, porque así es como lo mira el presidente de la Conaie.

200 millones de dólares para someter a la capital de la República por el terror. Porque a diferencia de anteriores levantamientos indígenas, no era Carondelet, no era el centro de la ciudad, no eran las sedes del poder los objetivos. El polvorín se extendió desde Calderón hasta La Balvina y en lugares tan insólitos como Guamaní, San Bartolo, González Suárez, Tumbaco… Patrullas de lumpemproletarios pagados, armados con piedras y palos y antorchas recorrían las calles rompiendo escaparates, obligando a cerrar los negocios, destruyendo los carros que se atrevían a circular, sembrando el pánico.

La Fiscalía nos quedó debiendo: los líderes de semejante atentado no fueron imputados. Ahora que el principal de ellos ha confesado lo que invirtieron, ¿abrirá una investigación para determinar quiénes fueron sus financistas?