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Juan Carlos Holguín: Eliminados, con un país dividido por regiones

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Para quienes hemos tenido la posibilidad de ser parte de un gobierno, no nos es ajeno constatar que el regionalismo está vivo

Muchos dicen que eso se terminó. Que es un tema de generaciones pasadas, que el Ecuador de hoy es diferente. Pero no es así. Y aunque no parezca, es el deporte, el fútbol específicamente, el elemento que nos muestra que el regionalismo está vivo. Y siendo así, estimados lectores, es un tema que hay que abordarlo para poder solucionarlo.

El deporte es un elemento vital de la construcción de sus sociedades. Y en el caso de Ecuador ha sido un factor de unidad y desarrollo. La clasificación a su primer mundial de fútbol, el de Japón y Corea, se dio tras una de las peores crisis económicas de la historia. Esta crisis tuvo sus picos más altos en enero del 2000, coincidiendo con los inicios de las eliminatorias sudamericanas. El 9 de enero de ese año, en medio de un caos político, se había decidido dolarizar la economía. El país estaba convulsionado por la depreciación monetaria que rozó la hiperinflación y el cierre de algunas instituciones financieras.

Apareció así el famoso “Sí se puede”, un grito de desfogue de los ecuatorianos que vieron en su selección de fútbol la posibilidad de soñar y tener esperanza en medio de las difíciles circunstancias. La clasificación a ese mundial coincidió con un repunte de nuestra economía, ya dolarizada, en los años siguientes. También logramos ir a nuestro segundo mundial: el de Alemania en 2006.

A quienes nacimos en la generación de los ochenta, se nos decía que “lo único que unía al Ecuador era la guerra con el Perú”. Pero que la selección ecuatoriana de fútbol había logrado reemplazar la unidad por factores bélicos, a algo absolutamente positivo.

Muchos historiadores han analizado que desde inicios de la República vivimos en conflictividad. Según varios textos, las diferencias entre Bolívar y San Martín durante el conocido ‘Encuentro de Guayaquil’ marcaron una época de división muy grande desde nuestro origen. Por esa división se debió poner un presidente extranjero como el primero de la historia republicana, debido a que era difícil encontrar puntos de acuerdo entre los habitantes locales.

El expresidente Osvaldo Hurtado, quien analiza desde el punto de vista sociológico y antropológico las diferencias en nuestro territorio en su libro Las costumbres de los ecuatorianos, apunta claramente las divisiones geográficas del Ecuador, que tuvo en su primera carretera por Santo Domingo, ideada por García Moreno, la posibilidad de acortar en varios días el trayecto entre Quito y Guayaquil.

Para quienes hemos tenido la posibilidad de ser parte de un gobierno, no nos es ajeno constatar que el regionalismo está vivo. En las construcciones de gabinetes, en la elección de un binomio o en las políticas agrícolas.

Sánchez Bas dejó la selección ecuatoriana de fútbol después de su mejor partido. No importa si llegara Bielsa a la selección, igual no tendríamos resultados. Hay una política de canibalismo por parte de ciertos dirigentes a la Federación Ecuatoriana de Fútbol. No se comprende que el funcionamiento de una selección es solo un síntoma de lo que sucede en nuestra sociedad.

Mientras en el fútbol no exista un planteamiento de unidad entre dirigentes de Quito y de Guayaquil, no habrá un proyecto nacional.