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Juan Carlos Holguín | Luisa y Maduro, queridos compañeros

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Es importante que en el Ecuador se exija públicamente a Luisa González una definición respecto a lo que sucede en Venezuela

Que a esta altura la candidata presidencial Luisa González no haya tenido un pronunciamiento firme y claro contra la narcodictadura de Nicolás Maduro evidencia el nivel de compenetración y deuda que tiene la autodenominada Revolución Ciudadana con ese proyecto.

No hace mucho, antes de la elección venezolana que terminó en un vergonzoso fraude, Luisa González dijo con manifiesta seguridad que los venezolanos quieren regresar a su país “por lo bien que están las cosas allá”.

Desde que empezó la dictadura más de ocho millones de venezolanos han tenido que salir de su país, causando uno de los fenómenos más graves del mundo. La crisis migratoria venezolana ha superado algunos fenómenos históricos globales y se generó debido a problemas económicos, políticos y sociales.

En este contexto, el apoyo del correísmo a Maduro es impresentable. Estar obligados a defender a una narcodictadura porque no tienen la libertad de conciencia o económica para criticar a ese régimen debe causar mucha impotencia en quienes aún tienen una base ideológica, pero también algo de dignidad.

En esta campaña han intentado alejarse de Maduro y esconder la situación de Venezuela, pero su líder, Rafael Correa, fue uno de los primeros en felicitar el fraude, que hoy ha sido criticado por casi todas las democracias del mundo.

La dictadura de Maduro está sostenida por la operación de estructuras criminales y por ello su salida del poder es difícil empresa. La comunidad internacional pecó de ingenuidad al negociar con el régimen de Maduro una salida democrática. La evidente victoria de Edmundo González ha obligado a que incluso algunos socios políticos del Grupo de Puebla, como Lula da Silva, condenen a Maduro y lo declaren dictador.

Es importante que en el Ecuador se exija públicamente a Luisa González una definición respecto a lo que sucede en Venezuela. Más allá de que varios de sus compañeros de partido y proyecto político, actualmente prófugos, se encuentran allí protegidos por el régimen dictatorial, la sociedad ecuatoriana merece conocer la posición que tendría un eventual gobierno suyo respecto a Maduro.

El pasado día domingo en entrevista con el medio Primicias, el general Alexander Levoyer, quien fue jefe de Operaciones de las Fuerzas Armadas en el inicio del conflicto armado interno, dijo con claridad que “si un partido aliado al narco gana la presidencia, la guerra interna puede durar 20 años”.

Esto es lo que se juega en Ecuador. Como dice Héctor Schamis, el régimen chavista siempre se apoyó en organizaciones paralelas no-estatales, bandas delictivas en las prisiones o el crimen organizado. Funciona en colusión con ellos y con diferentes grados de integración. Es la fusión de la violencia del Estado, el control territorial y los extraordinarios recursos que se originan en el tráfico de drogas y personas, la minería ilegal y el contrabando de gasolina.

Si Luisa González no manifiesta públicamente su posición, será evidente que los compromisos con la dictadura venezolana son más grandes de lo que imaginamos.