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Juan Carlos Holguín | La minería ilegal: la piedra angular del crimen

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Fue triste ver cómo nuestra Amazonía, a lo largo del río, estaba siendo devastada por la minería ilegal

Pocos recuerdan que en julio de 2019 se llevó a cabo uno de los operativos más grandes de la historia del país contra de las estructuras criminales. La entonces ministra del Interior, María Paula Romo, lideró personalmente esta acción: un operativo de seis días, antiminería ilegal en la parroquia La Merced de Buenos Aires, en Imbabura.

En esa ocasión la Policía Nacional logró el control territorial de la zona; también la salida voluntaria de más de ¡5.000 personas! que vivían de la operación; se detuvo a algunos ciudadanos chinos que lideraban la estructura ilegal, e incluso se decomisó material minero en la hostería del exfutbolista Agustín Delgado.

A las pocas semanas, Leonidas Iza inició sus actos terroristas de octubre y disparó contra la ministra Romo. Al poco tiempo, con la salida de la ministra a través de un juicio político, que hoy se ha demostrado estuvo azuzado por las estructuras criminales, aquellos operadores ilegales de la minería ganaron una batalla y volvieron a la carga, con más fuerza que nunca.

Corría el año 2022 y el Ecuador recibió una alerta por un problema de operación ilegal de minería en la frontera con Perú. Con permisos entregados por las autoridades peruanas y ecuatorianas, una minera supuestamente legal, operaba con un túnel que cruzaba bajo la frontera productos minerales, materiales e incluso trabajadores.

Decidimos con el ministro de Defensa de la época viajar al territorio para analizar la situación. Para llegar a la frontera, debíamos volar en helicóptero siguiendo el río Santiago. Fue triste ver cómo nuestra Amazonía, a lo largo del río, estaba siendo devastada por la minería ilegal. Maquinaria pesada operando cada ciertos kilómetros, vías construidas por esas operaciones ilegales para sacar el material, entre otros fenómenos.

Varias preguntas venían a mi cabeza: ¿cómo compran esa maquinaria pesada?, ¿pueden los distribuidores de esas marcas de maquinaria ser responsables también de lo que está sucediendo?, ¿qué pasa con la comunidad? Los militares comentaban que hay familias en la zona que tienen ingresos promedio de seis mil dólares solamente por permitir el paso a la maquinaria o por alertar la llegada de un operativo. Para dar tiempo a la salida de la maquinaria, estas familias usan a sus hijos como escudos ante las fuerzas del orden.

Por mal tiempo tuvimos que hacer un aterrizaje de emergencia en un poblado fronterizo de más de 5.000 habitantes, cuyo nombre me reservo. Me llamó la atención la presencia de edificios lujosos. Varias ferreterías tenían carteles que decían: “se acepta billetes de 100 dólares”. En el parque, un carrito de helados tenía su propio cartel: “sí hay vuelto de billetes altos”. Los militares que nos acompañaban nos explicaban que la minería ilegal es la industria que mueve la economía.

No podemos preocuparnos de la droga, de los terroristas, del tráfico de personas, si no nos preocupamos primero de la minería ilegal. Está en todas partes y es ahí donde se lava la mayor cantidad de dinero.

Es en la minería ilegal donde los grupos narcocriminales convencen a las familias de la comunidad de darles un crédito para migrar y sucede el coyoterismo.

Es ahí donde estamos destruyendo nuestro país.