Juan Carlos Holguín: Trump, Ecuador y Occidente
Aunque es polémico analizar un resultado electoral desde los valores, es evidente que las minorías votaron por Trump
La elección de la semana pasada en Estados Unidos era, en mi opinión, la más importante para Occidente en los últimos años. En un mundo convulsionado, con dos guerras desarrollándose en simultáneo, cualquier cambio que suceda en la potencia geopolítica de nuestro continente marca un punto de inflexión.
Fue un proceso extraño, con una serie de hechos que no tenían precedentes en la historia política americana: un presidente en funciones que retiró su candidatura; una vicepresidenta que asumía inmediatamente la carrera electoral; dos intentos de asesinato del candidato presidencial republicano. Hechos que, además, tuvieron un impacto sobre el resultado final.
Como lo reflexioné en esta columna el pasado 15 de julio, es evidente que el mundo occidental ha ido perdiendo todo aquello en lo que creyó durante varios siglos: los valores de libertad, de igualdad, de democracia e incluso de Dios, base fundamental sobre la que se construyó la idea de Occidente. Y la política ha perdido por esto su capacidad de guiar la vida de sus pueblos.
Aunque la economía siguió siendo un tema central de la campaña de Estados Unidos, la migración se convirtió en argumento político para ambos demócratas y republicanos. La migración ilegal es uno de los problemas más grandes del mundo, y Donald Trump supo posicionar la comparación con lo que vive Europa en este momento, asegurando que EE.UU. está aún a tiempo de dar solución al problema. ¿Quiénes votaron por él? Los migrantes.
Los valores que antes pregonaba Occidente están deteriorados. Estamos ante una cultura moderna que piensa que todo está permitido y todo es posible. Es decir, libertad como emancipación: el modelo se emancipa de la tradición, del pasado, de la realidad natural. Y también de ese Dios que dio moralidad a la construcción social.
Aunque es polémico analizar un resultado electoral desde los valores, es evidente que las minorías votaron por Trump, como lo señaló The Economist. Y es que son precisamente ciertos valores los que mantienen la sociedad agrupada. Son los procedimientos los que agrupan la sociedad. Quedó demostrado en Estados Unidos que temas como el aborto o la legalización de drogas, que parecían tan arraigados a las nuevas sociedades, no son buscados por los ciudadanos.
Y en este contexto, entraremos a una nueva etapa en Occidente. Tendremos seguramente una polarización entre los valores occidentales tradicionales y el nuevo progresismo global. Al mismo tiempo, vendrá una discusión necesaria sobre el término “hispánicos” vs. “latinos”. Mientras en México no se invita al rey de España a su investidura presidencial, Trump encuesta a sus electores consultándoles cómo les gusta que se los denomine. “¡Hispanics!”, contesta la mayoría.
Mantenerse con un proyecto democrático en el próximo proceso electoral será vital para Ecuador. Es solamente en ese contexto en el que un nuevo gobierno estadounidense podría concretar tangiblemente los tan anhelados acuerdos bilaterales. Tener a nuestro país como un socio democrático confiable, con valores de Occidente, como aliado en una región tan encrispada, marcará la diferencia. Dictaduras como la venezolana tendrán tiempos difíciles.