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Graves incidentes en Brasil

Avatar del Juan Faidutti

Las fuerzas de seguridad arrestaron a más de 1.500 personas alrededor de 300 el domingo y aproximadamente 1.200

Después de la posesión de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de la República Federativa del Brasil, a la que no asistió Bolsonaro -sino que se mandó a cambiar a la Florida, Estudios Unidos-, sus partidarios se han dedicado a crear incidentes y levantamientos en todo el país sin razón alguna.

El más grave de ellos se produjo en la capital de Brasil, donde miles de seguidores de Bolsonaro invadieron los edificios del Congreso Nacional, la Presidencia y el Supremo Tribunal Federal en una jornada de caos.

Los bolsonaristas pedían una intervención militar y la renuncia de Luiz Inácio Lula da Silva, alegando que resultó electo producto de un fraude. Horas después del incidente provocado por los bolsonaristas, las autoridades anunciaron que habían recuperado el control de los edificios, los cuales por ser domingo estaban vacíos en el momento de este asalto que evidencia la tensión política que vive el país en los últimos años.

Las fuerzas de seguridad arrestaron a más de 1.500 personas -alrededor de 300 el domingo y aproximadamente 1.200 más el lunes-, informó el Ministerio de Justicia.

Las autoridades están evaluando los daños materiales producidos en el asalto. “Esto es terrorismo, es un golpe de Estado. Estamos seguros de que la gran mayoría de la población no quiere que se imponga esta oscuridad”, manifestó el ministro de Justicia, Flávio Dino.

Las dramáticas escenas se produjeron una semana después de la toma de posesión de Lula, el pasado 1 de enero.

En su discurso de inauguración, el nuevo mandatario, un hombre de tinte progresista que ya desempeñó la presidencia por dos ocasiones anteriores, prometió reconstruir el país. Criticó también duramente las políticas de su predecesor, Bolsonaro, quien se desmarcó de las acciones perpetradas por sus seguidores.

Debemos recordar que en sus presidencias Lula fue acogido por el grupo de los veinte presidentes más importantes del mundo y se ganó la simpatía de ellos. El problema personal se le presentó cuando en el gobierno de Bolsonaro se lo acusó de corrupción por haber protegido a la empresa Odebrecht.

Se le siguió un juicio, el internacionalmente conocido como Lava Jato, y fue precisamente el juez que dispuso su detención quien fue nombrado posteriormente ministro en el gobierno de Bolsonaro.

La Corte Suprema de Justicia lo absolvió de culpa y salió libre, dedicándose a organizar su campaña con el Partido de los Trabajadores, que formó él y con el que ganó las elecciones.