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Lula y Bolsonaro, frente a frente

Avatar del Juan Faidutti

Lo más preocupante, si gana Lula, es que tendrá minoría en las dos grandes ciudades donde están el poder económico e industrial del país.

Las encuestas se equivocaron en la primera vuelta de las elecciones en Brasil. En ellas se favorecía ampliamente a Lula da Silva, presidente por dos ocasiones representando el progresismo, frente al actual presidente de derecha, Bolsonaro, que busca reelección.

Los resultados, con una mínima diferencia, los obliga a intervenir en la segunda vuelta, que como nunca, ha dividido al país en dos fracciones extremas. Lula después de su segunda presidencia estuvo preso por más de un año, pero salió libre cuando apeló al Tribunal Supremo.

Los otros candidatos que intervinieron obtuvieron una mínima cantidad de votos y no se sabe a cuál de los dos ganadores traspasarán sus votos. Por lo pronto, el cuarto candidato que representa a la izquierda ha dicho que estará con Lula. Dudamos que sea tan fácil que un candidato perdedor pueda traspasar los votos que consiguió.

A nuestro criterio, quien sea electo presidente podrá hacer muy pocos cambios. El país tiene un avanzado sistema jurídico, pero hay mucha pobreza en la población y en eso deben centrarse quienes lleguen al poder. Sorprendió en las elecciones que en las dos grandes ciudades de Brasil: Río y San Paulo, ganó con bastante margen Bolsonaro, y es allí donde se ha empeñado en fortalecer su campaña. Además, Bolsonaro es evangélico y el 30 % de los brasileños practican esta religión; es un voto seguro para él.

Los críticos consideran que Lula se equivocó en insistir en su campaña en el tema económico y en el recuerdo de sus gobiernos pasados con su lucha contra la pobreza, no habiendo presentado un programa de gobierno. Mientras tanto, Bolsonaro se dedicó a dirigir sus ataques a Lula en el tema de la corrupción, tanto suya como de sus colaboradores, de lo que fue la gran beneficiada la empresa Odebrecht. Lo inesperado fue que los dos funcionarios que intervinieron en el juicio denominado Lava Jato, el exjuez Sergio Moro, que luego fue nombrado ministro de Justicia de Bolsonaro, y el fiscal Deltan Dallagnol, a quienes se daba por acabados, y a quienes Lula, si gana, los quiere ver enjuiciados y condenados, han sido elegidos: Moro como senador y Dallagnol como el diputado más votado de su Estado.

Lo más preocupante, si gana Lula, es que tendrá minoría en las dos grandes ciudades donde están el poder económico e industrial del país.

La campaña electoral se incendia cada vez más. Lula insiste en que con Bolsonaro ha devastado la Amazonía, favoreciendo a los grupos ganaderos y aumentado la pobreza, además de no haber manejado bien el problema de la COVID. Bolsonaro, por su parte, acusó de ladrón a su rival, indicando que en sus gobiernos hubo un elevado índice de corrupción. En un debate frente a frente se dijeron horrores, pese a que ambos actuaron amigablemente.