Leo Stagg: El día que sonaron los bastones

El resonar de los bastones nos recordó que la experiencia sabe cuándo un país está en peligro
El 13 de abril de 2025 indudablemente será recordado como una fecha histórica para el Ecuador.
No solamente porque fuimos a las urnas.
Será recordado sobre todo porque vimos a nuestros adultos mayores protagonizar un acto de patriotismo profundamente conmovedor.
Con pasos lentos pero firmes, salieron a votar masivamente contra la tiranía y la mafia del correísmo.
A pesar de que su voto es facultativo, se volcaron a las urnas para defender la democracia y el futuro del país.
Llegaban solos. Llegaban con sus hijos. O llegaban con sus nietos. Pero llegaban.
Y con cada paso, con cada bastón que golpeaba el suelo, se escuchaba un eco profundo.
El eco de la conciencia.
El eco del compromiso.
El eco del amor por la patria.
Ese día resonaron los bastones, y ese resonar fue más fuerte que la trampa.
Fue más fuerte que el odio.
Fue más fuerte que la maldad.
Fue un grito de esperanza.
Fue una oda a la responsabilidad ciudadana.
Nos dieron una lección a todos: que a la patria se la defiende siempre, sin excusas ni temores.
Que el amor al Ecuador no envejece.
El resonar de los bastones nos recordó que la experiencia sabe cuándo un país está en peligro.
Nos mostró que no se puede ser indiferente.
Que cuando la patria llama, se responde.
Gracias a cada uno de nuestros adultos mayores que con su esfuerzo y valentía dieron batalla por nuestro Ecuador.
Nos llenaron de orgullo.
Nos conmovieron.
Y nos dieron una lección inolvidable.
El 13 de abril fue el día que sonaron los bastones.
Y con ese resonar no solo se alzó la esperanza: se encendió una antorcha que guiará a las nuevas generaciones.
¡Gracias por sonar sus bastones y mostrarnos lo que se debe hacer!
Ahora nos toca a nosotros.