Premium

Leo Stagg: Diana o la mafia

Avatar del Leo Stagg Stagg

La ciudadanía ecuatoriana no puede permanecer en silencio ante este ataque a nuestra democracia

El juicio político contra la fiscal general del Ecuador, Diana Salazar, no es solo un ataque contra su persona, sino un intento descarado de proteger al crimen organizado y sus cómplices en el poder. Este proceso, impulsado por quienes han sido expuestos y acorralados por la justicia, es una represalia orquestada por aquellos que prefieren que el país continúe bajo las sombras del narcotráfico y la corrupción.

Desde su nombramiento, Diana Salazar ha enfrentado sin titubeos a las fuerzas más oscuras de la política y el crimen en Ecuador. Bajo su liderazgo se han desmantelado redes delictivas que involucraban a expresidentes, exvicepresidentes, políticos influyentes, jueces y narcotraficantes. Casos como Metástasis, Purga, Independencia Judicial y Vocales han expuesto cómo el crimen ha penetrado nuestras instituciones y ha dejado en evidencia a los culpables.

Hoy, quienes son aliados del crimen organizado buscan hacerle pagar por su valentía. Este juicio, más que un proceso político, es un claro “narcojuicio”, una venganza de aquellos que no pueden tolerar una justicia que se atreva a mirarlos de frente. Esta maniobra política no tiene otro objetivo que proteger a los delincuentes y detener el avance de la transparencia en nuestro país.

La ciudadanía ecuatoriana no puede permanecer en silencio ante este ataque a nuestra democracia. Es hora de que nos unamos en defensa de Diana Salazar, una fiscal que ha demostrado que la ley no está al servicio de los poderosos, sino al servicio del pueblo. No podemos permitir que la narcopolítica venza. Los asambleístas que promueven este juicio no buscan justicia, buscan protegerse a sí mismos y a quienes los financian desde las sombras.

Diana Salazar no está sola. Quienes creemos en un Ecuador libre de mafias y de corrupción estamos con ella. Esta es una batalla entre la justicia y la mafia, entre la valentía y la cobardía, entre el futuro que queremos y el pasado oscuro que algunos buscan perpetuar. Y en esta batalla, solo hay una opción: apoyar a quienes defienden la verdad, la justicia y el futuro de nuestro país.