Leo Stagg | Fernando Villavicencio: el hombre que desafió a la mafia
Varios de los autores materiales del crimen fueron asesinados dentro de la cárcel
No me cabe duda de que Fernando Villavicencio estaba destinado a ganar las elecciones de 2023 y que las mafias de la narcopolítica debieron eliminarlo antes de que llegara al debate entre candidatos. Su destacada carrera como periodista de investigación, así como su participación en la Asamblea Nacional, le valieron la confianza de los ecuatorianos que anhelamos un país libre de mafias, y el odio de estas mismas organizaciones criminales. Su crimen consternó no solo a Ecuador, sino al mundo entero, marcando un antes y un después en la historia de nuestro país. Su lema “la patria o la mafia” quedó grabado en el corazón de los ecuatorianos que deseamos un futuro mejor.
Como parte de este magnicidio, para privarnos de la verdad, varios de los autores materiales del crimen fueron asesinados dentro de la cárcel. Las investigaciones de este asesinato político están siendo llevadas a cabo por la Fiscalía en cooperación con autoridades de los Estados Unidos de América. El país debe hacer todos los esfuerzos necesarios para que los autores intelectuales no queden impunes.
Hace pocos días, una comisión de la Asamblea Nacional, “formada para investigar el crimen de Fernando Villavicencio”, emitió un informe en el que se señala que su asesinato no fue un magnicidio, sino un acto de delincuencia común. Esta bajeza es propia de quienes son serviles a la mafia o se ven afectados por el legado de Fernando Villavicencio. Su asesinato fue un crimen político y no se puede reescribir la historia: Fernando fue un hombre valiente que murió luchando contra la mafia política del Ecuador.
La lucha y el sacrificio de Fernando no serán en vano. No permitiremos que la verdad sea manipulada ni que su legado sea empañado por intereses oscuros. Su memoria sigue siendo una fuente de inspiración para todos aquellos que creemos en un país libre de corrupción y crimen organizado. Como ecuatorianos, es nuestra responsabilidad rechazar cualquier intento de distorsión, demandar justicia verdadera para Fernando y para nuestro país, y asegurarnos de que su lucha por un Ecuador mejor continúe viva en cada uno de nosotros.