Leo Stagg | Recuerda que eres un hombre
El poder y los honores pueden cegar a quienes los ostentan, haciéndoles olvidar su deber de servir
‘Respice post te. Hominem te esse memento’, traducido del latín como “Mira detrás de ti. Recuerda que eres un hombre”, tiene su origen en los triunfos romanos, donde un siervo susurraba estas palabras al oído del general victorioso. Este recordatorio de mortalidad y humanidad ayudaba a dicho general a mantener la modestia y evitar la arrogancia.
Hoy esta práctica romana es crucial, especialmente en la política.
En Ecuador, donde la confianza en los líderes políticos fluctúa, es vital que nuestros gobernantes recuerden siempre que son seres humanos al servicio del pueblo. La humildad y el proyecto de un mejor país deben ser sus guías.
La política puede llevar a la soberbia. El poder y los honores pueden cegar a quienes los ostentan, haciéndoles olvidar su deber de servir y que no pueden estar por encima de la ley. La historia de Ecuador muestra líderes que, atrapados en ilusiones de grandeza, perdieron el rumbo y la confianza ciudadana.
En este mismo sentido es crucial que nuestras autoridades se alejen de asesores aduladores que los endiosan y jamás corrigen sus errores. Deben rodearse de personas conscientes de su humanidad y defectos, y con carácter para guiar correctamente.
Un líder con modestia y enfoque escucha, aprende y entiende que su poder es transitorio y está al servicio de los ciudadanos. Esto le permite reconocer equivocaciones, corregirlas y avanzar con una visión clara y comprometida. En tiempos de desconfianza en nuestras instituciones, la modestia y la perspectiva son herramientas poderosas para reconstruir la credibilidad y la esperanza.
Nuestros políticos deben adoptar el espíritu de ‘Respice post te. Hominem te esse memento’. Al recordar siempre su condición humana, evitarán la corrupción del alma y fortalecerán su vínculo con el país, basados en la empatía y el servicio genuino; liderando con sencillez, sabiduría y un auténtico compromiso con el bienestar de todos los ecuatorianos. Esperemos que nunca olviden que son humanos.