Leo Stagg | ¿Trump o la Corte Constitucional?
La decisión que obliga a las escuelas a implementar medidas de diversidad de género, representa una preocupante intromisión
En un mundo donde los valores tradicionales están siendo desafiados por nuevas agendas ideológicas, la pregunta sobre cómo educamos a nuestros hijos se vuelve más relevante que nunca. ¿Debe el Estado decidir qué principios se enseñan en las escuelas o corresponde a las familias preservar y transmitir sus propias creencias? Este dilema adquiere una nueva dimensión tras la reciente sentencia de la Corte Constitucional del Ecuador.
La decisión dentro del proceso 95-18-EP/24, que obliga a las escuelas a implementar medidas de diversidad de género, representa una preocupante intromisión en la educación y formación de los niños ecuatorianos. Aunque lo presentan como un “avance en derechos humanos”, esta medida pasa por alto los derechos de las familias a educar a sus hijos según sus creencias y valores. ¿Es justo que las escuelas sean obligadas a priorizar una agenda ideológica sobre los principios tradicionales que muchas familias buscan proteger?
En contraste, en Estados Unidos nos encontramos con el discurso inaugural del presidente Donald Trump, que ofrece una visión completamente diferente. Con un enfoque claro y directo, Trump promueve la protección de los niños frente a influencias ideológicas y refuerza los valores que han sostenido a la familia y la sociedad durante generaciones. Su administración reconocerá solo dos géneros, masculino y femenino, respetando las diferencias biológicas y garantizando que los padres tengan la última palabra en la formación moral de sus hijos.
La pregunta no es solo qué tipo de educación queremos para nuestros hijos, sino quién debe decidir sobre ella. Mientras nuestra Corte Constitucional establece la inclusión como una imposición, Trump defiende el derecho de las familias a preservar sus valores. La protección de los niños no debe convertirse en una excusa para imponer ideologías que puedan generar confusión en su desarrollo.
Es momento de reflexionar. El futuro de nuestras generaciones está en juego. Frente a la decisión de la mayoría de una Corte Constitucional que prioriza una agenda ideológica para los niños de Ecuador, en EE.UU., Trump ofrece una defensa clara de los principios tradicionales y el papel central de la familia. ¿Con quién se queda usted? La respuesta determinará el rumbo de nuestra sociedad y el bienestar de nuestros niños. Yo me quedo con Trump.