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Leo Stagg: Por amor a la patria

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No podemos votar en blanco, nulo, ni quedarnos indiferentes. Cruzarse de brazos y pensar que ‘todo da igual’ no es una opción

Escuchamos la palabra ‘patria’ con frecuencia en discursos políticos, pero ¿cuántas veces reflexionamos sobre su verdadero significado? Para algunos es solo un recurso retórico, una frase que luce bien en campaña. Para otros, aquellos que realmente amamos al Ecuador, la patria es algo mucho más profundo: significa esfuerzo diario, lucha constante y un compromiso real con la tierra que nos vio nacer.

La patria no pertenece a quienes usan su nombre para enriquecerse o traicionarla, como lo hicieron Rafael Correa y su mafia, hoy representada por la figura decorativa de Luisa González. La patria está en la madre que trabaja incansablemente para sostener a su familia; en el joven que sueña con estudiar y alcanzar un futuro digno; en el empresario que arriesga todo para generar empleo y progreso económico; en el trabajador honesto que mantiene al país en movimiento. La patria vive en cada uno de ellos, porque amar la patria es dedicar esfuerzo y compromiso genuino a esta tierra que nos pertenece a todos.

En estos días cruciales, debemos recordar que a la patria también se la defiende con decisiones claras. No estamos eligiendo solo a un candidato, estamos eligiendo nuestro destino. No podemos votar en blanco, nulo, ni quedarnos indiferentes. Cruzarse de brazos y pensar que ‘todo da igual’ no es una opción.

Elegimos entre un Ecuador donde prevalezcan nuestra lucha, esfuerzo y libertades, o uno sometido al totalitarismo y a la delincuencia organizada. No permitamos que el miedo o la apatía nos arrebaten el derecho a un futuro mejor.

El verdadero patriotismo no se rinde ante la adversidad, defiende la libertad frente al abuso de poder. Defender la patria es elegir el camino correcto, el de un Ecuador con oportunidades y esperanza, en lugar de una tierra rota por el crimen, el desempleo y la desesperanza como Cuba o Venezuela.

Hoy, más que nunca, nuestro voto debe ser un acto de valentía y responsabilidad. No podemos permanecer callados mientras el futuro del país está en juego. Este 13 de abril no solo votamos; elegimos el rumbo de nuestras vidas, el futuro de nuestras familias y el destino del Ecuador.