Lourdes Luque: Asociación Cristiana de Empresarios

¿No será esa nuestra gran falla cultural? No logramos llevar los valores de fe, de libertad, de solidaridad y de caridad
La encuesta de Latinbarómetro del mes de junio de este año revela que el 98 % de los ecuatorianos considera a la familia como la institución de mayor confianza en Ecuador.
Además, según IPSOS, el 92 % de los ecuatorianos tiene una creencia religiosa, de los cuales el 74,8 % se identifican como católicos y el 15,2 % como evangélicos.
Somos, en esencia, una sociedad cristiana.
Por ello, me llena de orgullo felicitar a la Asociación Cristiana de Empresarios (ACE) en su vigésimo quinto (25º) aniversario, por ser la promotora de los valores que compartimos, aunque pocos los practicamos en nuestra vida diaria.
La mayoría de nosotros solemos ser religiosos por conveniencia.
Asistimos a grandes eventos, como matrimonios, bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, misas dominicales y fiestas religiosas.
Sin embargo, muchos solo recordamos nuestra fe en los momentos de crisis, como durante un temblor o cuando se da una turbulencia en nuestra vida o en un viaje en avión.
¿No será esa nuestra gran falla cultural?
No logramos llevar los valores de fe, de libertad, de solidaridad y de caridad a todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Al igual que Asociación Cristiana de Empresarios -ACE- ha mantenido en el ámbito empresarial la esencia de la transformación hacia una sociedad más justa, próspera y sostenible, deberíamos exigir a quienes participan en la política, el deporte, la academia y la ciencia que nos representen y QUE promuevan nuestros valores en su accionar.
Felicitaciones a quienes con su persistencia hacen de la Asociación Cristiana de Empresarios -ACE- ese espacio de crecimiento humano, en especial a su presidenta, Isabel Villamarín, y a su directorio.
La única semilla revolucionaria que debe germinar es la de retomar la misión de desarrollar los talentos que Dios nos dio desde nuestra concepción, y recordar que el bien siempre triunfará.
Hagamos un llamado para ser luz en medio de tanta obscuridad.