Carapaz y María Paula
"Esa, la mujer que tuvo los arrestos para parar la conspiración de los seguidores de ya saben quién..."
La columna del 7 de junio de 2019 se tituló La locomotora del Carchi, en homenaje a quien se estaba convirtiendo en el campeón del Giro de Italia. Al mismo tiempo se abría ante mis ojos una ventana con las competencias de ruta del ciclismo y en menos de un año me convertía en fan del Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta de España, que se secuencian a lo largo del año; cerca de 20 días de ver desfilar a cientos de deportistas por pueblos, ciudades, monumentos, paisajes, campiñas; de historias de tenacidad de estos ciclistas de élite con sus enseñanzas de valor, actitud, tenacidad y fortaleza.
Hoy se están corriendo las ultimas etapas de la Vuelta de España. Nuestro Richard Carapaz, esta a 39 segundos de Roglic, el esloveno que hoy es el número uno del mundo. En su cuenta de Twitter, el 31 de octubre escribió así: “…esos detalles de mi familia me inspiran, son 10.000 km, pero los siento conmigo; ahora son las 4 a. m. en Ecuador”. Su familia había pintado sobre los rieles del tren las camisetas de gloria que había ganado. Ese dibujo terminaba en una locomotora con un leño encendido. Eso es llevar a su familia en su corazón, eso es orgullo de ser ecuatoriano; el país está en el alma de cada una de sus carreras. Emociona hasta las lágrimas escuchar a los periodistas especializados y sobrados de Argentina o de Colombia llegar a la euforia al dar ánimo a Richie, a nombre de Latinoamérica.
Mientras tanto en nuestro país, la absurda Asamblea busca sancionar a María Paula. Esa, la mujer que tuvo los arrestos para parar la conspiración de los seguidores de ya saben quién, de descubrir a los facinerosos que se querían robar el país, mientras con miedo, pero en la comodidad de nuestras casas observábamos ese horrible octubre del 2019. No solo eso, si hay alguien que ha tratado de parar a las narcomafias, a los carteles de cuello blanco es justamente ella. Varios temas progres me separan de su pensamiento, pero eso no me quita la obligación de aplaudirla, ya que por su valor, actitud, tenacidad y fortaleza aún tenemos paz en nuestro terruño.
Gracias María Paula, gracias Richie, por hacernos sentir orgullosos de ser ecuatorianos.