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Lourdes Luque | Justicia tributaria

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La estimación de la recaudación provincial por hecho económico es una aproximación mucho más realista de la actividad comercial

A inicios de este mes tuve que visitar Palora, entre Puyo y Macas, en el corazón de la Amazonía. El viaje de nueve horas fue debido a un proyecto del Ministerio de Agricultura-Pidara y de la FAO, para visitar los cultivos de pitahaya e identificar sus oportunidades. El largo viaje por la vía Riobamba-Baños-Palora, a más de recordarme lo maravilloso que es el Ecuador y la amabilidad de su gente, trajo ante mis ojos otra realidad. Más de medio siglo después de que se exportara el primer barril de petróleo extraído de las entrañas de esas tierras, las condiciones de vida de sus habitantes son realmente deplorables.

Este mes de septiembre también nos trajo un estudio muy interesante del SRI, pues nos dio información importante de la realidad de la recaudación tributaria desde el punto de vista geográfico-económico. Nos ofrece una visión desde el lugar donde se generó el impuesto y no dónde se reportó debido al domicilio fiscal, lo que los expertos llaman técnicamente como hecho económico generador.

La estimación de la recaudación provincial por hecho económico es una aproximación mucho más realista de la actividad comercial en cada una de las provincias. Con este análisis, el mapa de lo que aporta cada provincia al fisco, varió. Esa variación da una mayor relevancia al aporte amazónico por las actividades petroleras. Por ejemplo, para 2022 la recaudación de Sucumbíos aumenta 225 %, Orellana sube más del 318 %. ¡Bravo por el SRI!

A todas luces, la inversión fiscal que redistribuye los recursos del Estado es injusta. Sería muy prometedor que el próximo gobierno sea más equitativo en la asignación de recursos para el desarrollo. No se puede esperar que se puedan desarrollar alternativas a la no explotación petrolera, si la Amazonía no tiene los más elementales servicios básicos de supervivencia, vías, conectividad, agua, energía, salud, educación, entre otros.

Salgamos de la burbuja en la que vivimos los citadinos. Escuché al ministro de Ambiente en los foros internacionales decir que la nueva moneda de Ecuador se llama biodiversidad y tiene razón. Pero, ¿por qué no invertimos en sus guardianes?