Lourdes Luque: Legado
Todos los nombres que hoy saltan al escenario público son seres humanos que tienen familias
Este mes de abril se nos presenta como la antesala del caos. Amanecemos con la mente en: ¿y ahora qué vendrá? Apagones que o son la mano del complot o el resultado del cambio climático. Violencia recrudecida, que no sabemos si es por el terror de los narcos a los previstos resultados electorales de la consulta, o por el inclemente avance del desempleo juvenil. El juicio de Carlos Pólit, en el cual uno no termina de leer cada vez más nombres embarrados en una corrupción rampante, que todos sabíamos que existía y que pocos denunciábamos o peor tomábamos acciones para evitarla.
En medio de toda esta tragedia terminé de leer el panfleto de Ernesto Sábato llamado La resistencia, un gran reclamo a los cambios que ha traído la modernidad y que afectan lo esencial de la vida, su integridad, su calidad.
Una de sus cuestiones dice: ¿podemos vivir sin que la vida tenga un sentido perdurable?
Y ese sentido perdurable, ¿no debería ser notorio para toda la sociedad? Pues perdurar no debería ser otra cosa que el esfuerzo en luchar por el bien común, no por la ganancia personal.
Todos los nombres que hoy saltan al escenario público son seres humanos que tienen familias. ¿Qué los llevó a la monetización de sus decisiones? Todo por el vil metal.
¿Cómo regresamos a ese no tan lejano pasado donde los valores enseñados por abuelos y padres regían nuestras vidas? Claro que existían casos aislados de tránsfugas, pero eran la excepción, no la regla, como hoy.
La pregunta de Sábato me recordó a mi madre, Isabel de Luque, que hubiese cumplido 100 años este 2 de abril, si no hubiese regresado a Dios. Y ella sí que nos inculcó a las mujeres de la familia ese sentido d vida basado en valores, en amor, generosidad, honestidad, respeto y gratitud, opuesto a la sociedad liquida y adaptable a cualquier cosa de la que nos habla Bauman.
Sebastián, mi nieto número 7, me decía, ¿por qué no escribes de tus nietos? Sebas, la verdad es que siempre lo hago, porque no dejan de estar en mi mente.
Por mis nietos soy capaz de seguir luchando por un mejor Ecuador. Que ese sea nuestro legado.