Lourdes Luque | Un reseteo cultural
La crisis de la invasión del narcocrimen nos obliga a volver a empezar desde cero
Me imagino que a todos nos ha pasado que de repente, en la mitad de un trabajo importante, la computadora decide congelarse.
Sin alertar, de improviso, cuando probablemente estamos haciendo un documento, casi siempre de apuro, y realmente da fastidio perderlo.
Seguramente no respaldó su trabajo. Nada pues, toca solo resetear la máquina para que todos los sistemas se destraben.
Aparte del mal rato, perdió tiempo y para colmo ni sabe por qué ese bendito sistema se paralizó y le toma su tiempo reiniciarse y poner operativos todos sus subsistemas.
Creo que a nuestra sociedad le llegó el momento en que debe recomponerse desde cero.
La crisis de la invasión del narcocrimen nos obliga a volver a empezar desde cero.
Indicadores, los tenemos todos en la mente. Delincuentes que han creado decenas de zonas rurales o urbanas que son sus santuarios, donde hasta la fuerza pública teme entrar. Sistemas económicos paralelos, alimentados por las extorsiones, secuestros y actividades como la minería ilegal. Un puñado de minimafias que ya llegan a 20.000 delincuentes armados y entrenados. La prensa libre y democrática perseguida por la mafia. La justicia supeditada a lo que le ordene el dinero negro. Los delincuentes paseando por las calles mientras los ciudadanos de bien rezamos al salir de casa para volver con vida. Miren su entorno y encontrarán que nuestro sistema colapsó.
Llamar a un acuerdo nacional no parece que despierte interés, muchos editorialistas lo hemos propuesto cientos de veces sin resultado.
La nueva propuesta que hago es que nos empeñemos en resetear los fundamentos de nuestra cultura.
Urge la necesidad de realizar cambios significativos en las normas, valores y actitudes culturales en nuestro Ecuador.
Hagamos el esfuerzo de un replanteamiento profundo; muy posiblemente necesitemos una transformación cultural.
¿Qué nos trajo al abismo? Tenemos que replantear para redefinir esos aspectos culturales que nos permitan resurgir. Vamos, iniciemos ese ‘reset’. Que los buenos siempre somos más.
