Votaré por el NO

Las expectativas son que esta nueva versión que se acerca tendrá un impacto económico entre $ 600 millones (1983), a $ 2.881 millones (1998)
Era 1992 cuando Eduardo Aspiazu me invitó a Fundación Natura Capítulo Guayaquil. Allí comenzó un maravilloso camino en la mejor escuela de medio ambiente que tuvimos. Casi un doctorado, que luego de muchos años me convirtió en ministra de Ambiente de Gustavo Noboa, gran ser humano, quien calmó al país luego de la feroz catástrofe financiera de 1999.
En el año 1996 salí de Natura, convencida de que la conservación ‘per se’ no solucionaba el principal problema del país: la vulnerabilidad y/o pobreza del 92 % de su población. Por ello le di once años de mi vida, al Guasmo, en la Fundación Huancavilca, trabajando contra la pobreza y la marginación. No podemos pedir a la familia ecuatoriana sacrificar el alimento de sus hijos por la conservación.
Aún hoy persisten esos datos lacerantes. Clase alta, o sea familias que viven con excedentes financieros, no llegan al 2 %; la clase media, o sea aquella que está estable económicamente, no llega al 11 %. El resto, o sea 87 %, es población vulnerable y pobre, según datos del INEC.
Con esta realidad, nos enfrentaremos en pocos meses a otro fenómeno de El Niño.
Hace pocos días, la experta María del Pilar Cornejo y su equipo de la Espol estuvieron en un conversatorio para medios de comunicación. Las expectativas son que esta nueva versión que se acerca tendrá un impacto económico entre $ 600 millones (1983), a $ 2.881 millones (1998).
Para tener un parámetro referencial, cada desayuno escolar cuesta $ 0,33 y se da a 3 millones de niños menores a 12 años. O sea, con menos de un millón diario de dólares se garantiza el 20 % nutricional de esos niños. ¿No será mejor ampliar esa alimentación escolar a tres comidas diarias? Existen 4,5 millones de niños en nuestro país, y según Unicef, 8 de cada 10 hogares con niños han visto reducidos sus ingresos y están experimentando mayor dificultad para acceder a alimentos nutritivos, ¿No será mejor ampliar al 100 % el acceso nutricional? En Huancavilca creamos el Programa de Estimulación Temprana de la Inteligencia y Nutrición Infantil con la certeza de que niños sanos, igual futuro promisorio, y ese debe ser el lema nacional. Por decir lo menos, decir SÍ en estos momentos, es inoportuno.
¿En serio estamos pensando dejar bajo tierra $ 1.200 millones anuales?